MADRID 29 May. (OTR/PRESS) -
Mucha razón tenía García-Page cuando decía que si Rubalcaba anunciaba su intención de dar un paso atrás (antes del 25-M, se entiende), al día siguiente no le iban a abrir ni las puertas de la sede. Ahora su gesto de coherencia con el desenlace electoral de las europeas, contundente paso atrás, con lógica salida orgánica hacia un inmediato congreso extraordinario (19-20 julio), anima a sus adversarios de casa a elaborar truculentas lecturas sobre supuestas maniobras del aun líder del PSOE, al que endosan la intención de controlar el proceso sucesorio.
La causa de esta enésima ofensiva interna contra Rubalcaba está en el hecho de que en la Comisión Ejecutiva, oídos los barones, y oída especialmente Susana Díaz, la dirigente territorial con más fuerza política y electoral en el tejido organizativo del partido, haya decidido convocar un congreso extraordinario antes de nominar al aspirante socialista a la Moncloa. Esta alteración en la hoja de ruta ha pillado con el pie cambiado a la presunta aspirante socialista a la Presidencia del Gobierno, la exministra Carmen Chacón, que ha criticado con dureza al aún secretario general. Le acusa de volver a entorpecer el proceso de renovación con su "decisión "personal" de escuchar solo a los militantes (congreso) y no a los ciudadanos (primarias).
La acusación es injusta política y técnicamente. La hoja de ruta diseñada por Rubalcaba no impide la reglamentaria convocatoria y celebración de primarias abiertas (participación ciudadana) en noviembre para elegir al candidato socialista a la Moncloa, sin perjuicio de que ya esté nombrado un nuevo líder y este compita con otros en dichas elecciones primarias. Y también el actual Comité Federal, máximo depositario de la voluntad del partido entre congreso y congreso, podría disponer algún procedimiento sobrevenido para que los ciudadanos también hicieran valer su voto para elegir al secretario general en vísperas del congreso, donde se conjugaría el dictamen de la ciudadanía con el de los delegados. En todo caso, quienes critican la fórmula de congreso antes de primarias, especialmente Chacón, siempre tendrán la oportunidad de presentar su candidatura a la secretaría general y, al margen de que ganen o no, siempre les quedarán las primarias cuya convocatoria está prevista en octubre para celebrarse en noviembre.
Además de Rubalcaba y Chacón, es Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía y líder regional el otro nombre que aparece en todas las esquinas de la convulsión interna que apenas empieza a sentirse en este partido centenario. Se la mira como aspirante al liderazgo nacional aunque, a mi juicio, eso sería en estos momentos una falta de respeto a los andaluces, ante los que no ha cumplido ni el primer año de su compromiso institucional. Pero su nombre, su figura, su peso político, van estar onmipresentes en todos los pasos internos que vayan a darse en clave de renovación de ideas, programas y, por supuesto de personas. Lógico. Es el único referente de poder orgánico e institucional de este PSOE en horas bajas que bracea por salir del agujero.