MADRID 17 Dic. (OTR/PRESS) -
Los corifeos de Sánchez, encabezados por la cada vez más bufonesca Montero, se afanan y desgañitan día tras día, en el mantra de "bulo, fango/ fango bulo". De inmediato, sus bandadas de papagayos mediáticos las replican sin parar por televisiones, tertulias, redes y por todo resquicio por el que lo pueden colar. Por momentos hasta parece que van a imponer su vocinglero griterío por toda la jungla al que, en el punto más álgido de la excitación, se les une la tropa del mono aullador y remata de fondo la voz del gran jaguar macho que brama señalando a los perversos jueces como causantes de su mal.
Pero no dura mucho la sensación. El sol acaba por salir, iluminar los claros y atravesar el dosel de palabrería forestal. Y emerge la realidad, la imagen nítida, la foto. Una foto más, que desbroza la maraña y abre trocha por las mentiras, por esa repetida de "yo a ese ni lo conozco, ni con un palo lo he llegado a rozar".
La de este lunes fue, desde luego, un reventón espectacular. Aldama otra vez en los "altos" de Ferraz pero esta vez en papel de "dirigente socialista", recibiendo a una delegación extranjera tras el reconocimiento del venezolano Guaidó, sentado a la vera del nº 2, Ábalos, el entonces todopoderoso valido, del caudillo y que hoy sigue y cada vez lo parece más en connivencia y pacto de protección mutua, los ha dejado abrasados. Al fondo del escenario la masiva y onminosa figura de Koldo añade el detalle que no podía faltar. Los ha dejado abrasados, por lo que se ve y lo que significa y certifica de su posición y máxima cercanía a la cúpula del poder socialista, y deja a la declaración ante el juez de Ábalos en lo que realmente es: una mentira tras otra, un pacto de silencio, con su propia banda. Un intento de socorros mutuos con su cachicán, para que cargue con los muertos y por el otro con el jefe, el nº 1, para no hacerse mayor daño y esperar favor futuro.
No solo es la foto. La jaculatoria sanchista topa una y otra vez, este lunes salió una ristra más, con lo que no deja de aflorar, lo que está por escrito, en documentos firmados, en llamadas, en mensajes en los móviles, encuentros, pagos y cobros, salpicándolo todo y a todos, no olvidemos las mascarillas de Armengol, del canario Torres, de Interior. Son tantas veces y fue durante tanto tiempo el que operaron y enfangaron, que por mucho que griten, el fango es lo que ellos están metido hasta el corvejón. Isabel Ayuso se les reía por ello: "delincan más despacio, por favor".
La impresión ademas, comprobando las secuencias y como se van engarzando y asomando en el momento preciso las pruebas es que están mas que pillados y que la ficción de que todo es una conspiración, excepto para los abducidos que cierto es que son legión, se está derrumbado con estrépito. El delincuente confeso, o sea Victor Aldama, es muy evidente que lo es, pero a tenor de los hechos y precisamente por esa asumida condición de serlo, y por lo que está demostrando que tiene documentado, adquiere cada vez mayor marchamo de veracidad. Esta semana ha comenzado con una verdadera cadena de bombazos que van corroborando lo que en realidad ya lo teníamos anunciado e incluso publicado como lo que parece como que no sea nada y pelillos a la mar, como lo de la o las, amantes de Abalos, los pisos pagados a costa de los demás, los viajes, los enchufes para cobrar sin aparecer, el hijo intermediario, que de paso también pilla él.
Pero no se olvide, porque es trascendental, que recua continua de actuaciones de aquel que fuera la mano derecha, el valido y en el que se depositaron los máximos poderes y dineros, tiene otra prueba de máximo rango y nivel. La ofrece quien le premió con tal condición,el propio Pedro Sánchez. ¿Si nada sabia, por qué lo cesó? ¿ y sí no había aprobado el mismo sus manejos, porque lo amparó después haciéndolo diputado y manteniéndolo aforado? ¿Y ahora por qué se guardan de ofenderle y el nuevo visir, Oscar Puente, pretendiendo aparecer como fiscalizador, lo que hace es de abogado, exculpador y valladar?.
La respuesta vuelve a estar en la famosa "omerta". Esa es en la que todos se envuelven, con la que pretenden salvarse y que nos quieren colar como relato victimista. Pero empiezan a tenerlo, y cada vez más, muy nublado y a punto de descargar. En particular, los bufones que han puesto para encabezar el tropel cabrioleando y haciendo sonar crótalos y carracas. El López y la Montero de aquí a nada por lo que van a tener que preocuparse, en realidad ya lo están, es por su propio traje. La una ya tiene una manita socarrada y su jefe de gabinete puede que untadas las dos y el paracaidista lanzado sobre Madrid está a poco de quedarse colgado de los alambres y de aquello que le dio el Lobato al juez.
Sobre todo y sobre todos flota me queda una última curiosidad. Si algunos de estos citados, en particular Abalos y su guardián Koldo, prueban el jarabe de la cárcel preventiva, pongamos que por peligro de fuga o de destrucción de pruebas ¿van a seguir tan amiguitos y callados?. No sé, no sé.