MADRID 29 Sep. (OTR/PRESS) -
La policía española le ha dado a ETA en uno de los sitios que más le puede doler en este momento, en su aparato de propaganda exterior; su servicio diplomático o Ministerio de Asuntos Exteriores del terror.
La estrategia de ETA en este momento consiste en ir dando pasos en la dirección de que su anunciada tregua indefinida tenga respaldo internacional para provocar una escisión en la unidad de los demócratas, en la que vuelvan a surgir voces admitiendo que la tregua es suficiente para abrir una negociación. Ese es el papel de los llamados "mediadores internacionales" que pretenden constituirse en verificadores del alto el fuego y a continuación pedir que el Gobierno español se siente con Batasuna y con ETA para analizar la situación de lo que ellos llaman "conflicto político".
El aparato exterior de ETA tiene una larga tradición y ha sido muy útil a la banda terrorista para dar una imagen política de su actuación. A la diplomacia española le ha costado mucho establecer el carácter netamente terrorista del asunto. Y la comparación permanente con Irlanda y su proceso de paz ha sido una de las batallas ganadas en parte por este ministerio de asuntos exteriores de ETA.
El empeño que tienen algunas personalidades en que la negociación se realice tiene que ver con el éxito del departamento de relaciones exteriores de ETA que ha conseguido hacer cuajar en determinados ambientes internacionales que en Euskadi existe un problema sin solución a partir de la Constitución y del Estatuto de Autonomía, de forma que una negociación con ETA sería imprescindible para solucionar esos supuestos déficit políticos.
La importancia de negarse a cualquier tipo de conversación sin que ETA esté disuelta es capital, porque de lo contrario se produciría una legitimación indirecta de la existencia de ETA como factor que ha hecho posible que se analice el problema político al margen de las instituciones. Reventar esta estrategia de ETA es fundamental y la unidad de los demócratas es la herramienta adecuada.