MADRID 5 Ene. (OTR/PRESS) -
El pasado viernes, el Gobierno publicó la evolución del mercado de trabajo en diciembre y por tanto ya se pueden sacar conclusiones de la marcha de empleo y paro de todo el año 2024. Desde que se aprobó la reforma laboral de Yolanda Díaz y los cambios introducidos, no hay forma de tomarse en serio las estadísticas publicadas. El maquillaje, el lenguaje y la manipulación han logrado que los números estén distorsionados y que, una vez depurados, sean bastante más preocupantes de lo que aparentan. Por ejemplo, si hablamos de paro, el total de personas que no están ocupadas alcanzó al finalizar diciembre casi 3,1 millones, pero hay que añadir los tienen disposición limitada, otros no ocupados, los afectados por un ERTE o los fijos discontinuos que ya suman en torno a 750.000. Así, las personas registradas en el SEPE que no están ocupadas alcanzan la escalofriante cifra de 3,9 millones.
Si de lo que hablamos es de afiliaciones a la Seguridad Social, la cosa no mejora. El Gobierno saca todos los meses la fanfarria y nos hace creer que en este momento hay 21,3 millones de trabajadores sin advertir que en ese dato están incluidos, por ejemplo, los pluriempleados que ya se cuentan por centenares de miles. El propio Ministerio de Seguridad Social en su nota explicativa de presentación de la estadística nos dice que "el número de afiliados no se corresponde necesariamente con el de trabajadores, sino que se trata de relaciones laborales o situaciones que generan obligación de estar afiliado; es decir, una misma persona se contabiliza en las estadísticas tantas veces como situaciones de afiliación tenga". Fin de la cita. Vamos que los 21,3 millones de afiliados no son 21,3 millones de trabajadores únicos.
Y ya si hablamos de contratación, en 2024 se han firmado 15,5 millones de contratos para 500.000 afiliaciones. Es decir, cada afiliado ha firmado una media de 30,7 contratos, 2,5 al mes. Además, un 61% de los contratos indefinidos firmados en diciembre son a tiempo parcial o fijo discontinuo, porcentaje que ha ido aumentando según han ido pasando los meses. El mercado laboral español no es homologable y esconde una cruda realidad que el Gobierno no quiere mostrar, aunque Eurostat lo tiene muy claro.