MADRID 6 Feb. (OTR/PRESS) -
Según el último CIS si en este momento se repitieran las elecciones el PSOE y Podemos, con sus confluencias, estarían más o menos en un empate técnico, mientras que el PP recuperaría algunos de los votos que se fueron el 20-D a ciudadanos. Es verdad que la encuesta se realizó antes de salir a la luz el último escándalo de corrupción en el PP de Valencia y también antes de que Pedro Sánchez asumiera el encargo del Rey para intentar formar gobierno, pero lo significativo es que las cosas se mantendrían más o menos igual, con la salvedad de que Podemos podría dar el sorpasso y convertirse en segunda fuerza política. Es decir que si volviéramos a ir a las urnas los ciudadanos les diríamos a los partidos que están obligados a entenderse, cosa que no parece fácil en este momento de la política española.
Reconozco que Pedro Sánchez ha hecho un acto de responsabilidad dando el paso e intentando formar gobierno porque, se mire por donde se mire, Mariano Rajoy no tenía ninguna opción de someterse a una investidura y sacarla adelante, pero más allá de los pactos y de la
dificultad para que pueda haber una estabilidad política en nuestro país, la realidad esta ahí y por dura que sea hay que aceptarla. Si España quiere cumplir el objetivo de déficit pactado con la
Unión Europea y si la comisión lleva razón con sus previsiones de invierno nuestro país sin gobierno, sin presupuesto para 2016 y sin saber si antes del verano volverá a haber elecciones tendrá que hacer ajustes por valor de unos 20.000 millones de euros.
El asunto es que en los últimos cuatro años nunca se ha terminado de cumplir el objetivo de déficit fijado y ¡claro!, ahora en Bruselas mira nuestro país con una enorme preocupación y los técnicos siguen alertando que hay una política muy laxa de gasto en la comunidades autónomas.
Esta es la cruda realidad y más allá de las políticas populistas que estamos oyendo estos días el gobierno que salga, tendrá que hacer frente a las cifras lo que significa que no estamos para tirar
cohetes, si no más bien lo contrario, incluso se calcula que el déficit de España asciende al 4,8%, dos puntos por encima de lo pactado.
Con los hombres de negro siguiéndonos los pasos lo peor que puede ocurrir es que se lancen mensajes falsos en el sentido de que con un nuevo gobierno vamos al paraíso del gratis total.
Estos días los partidos que aspiran a gobernar han hecho una campaña electoral ampliada, y mucho más demagógica que la anterior. Nos dicen que se acabaron los desahucios, que va haber becas para todos, una sanidad excelente, que se bajarán los impuestos, y que entraremos en una especie de "Nirvana" del estado de bienestar del que nadie querrá salirse. Pero mienten y lo saben. Cuando se tienen deudas hay que afrontarlas y. No hay ideología que valga. Puedes
convertirte en un mal pagador, pero al final pasa lo que en Grecia donde Tsipras está afrontando estos días su tercera huelga general a pesar de que prometió días de vino y miel.
Supongo que los políticos además de hacer números sobre la cantidad de ministros que quiere cada uno estarán hablando estos días de que tipo de políticas económicas se van a plantear para hacer frente a la delicada situación económica en la que vive nuestro país, porque aquí como en ningún sitio nos van a regalar nada porque lo que se debe se paga se tarde más o menos.
Eso sí en nuestro país los jubilados pueden estar más tranquilos que los griegos que han visto sus pensiones recortadas en un 30 por ciento, por lo que no estaría de más que algunos se animaran y pidieran la jubilación aunque fuera anticipada en la cosa pública.