Publicado 13/06/2015 12:00

Fermín Bocos.- Determinación real

MADRID 13 Jun. (OTR/PRESS) -

Al retirar a su hermana Cristina el título de duquesa de Palma, el rey Felipe VI rubrica un gesto cargado de simbolismo que desvela su preocupación por la deteriorada imagen de la Monarquía. Las noticias nacidas de la tramitación en un juzgado de Palma de Mallorca del sumario del "caso Nóos" han sido durante meses y meses la gota de ácido que ha ido mellando la fama de la institución. Su padre, el Rey Juan Carlos I, no se atrevió. Nunca dio el paso y eso que, a la postre, más allá del deterioro físico que arrastraba y del descenso vertiginoso de popularidad fruto de sus aventuras cinegéticas por tierras africanas, el eco del escándalo que acompaña la causa judicial abierta contra la Infanta y su marido Iñaki Urdangarín también pesó a la hora de abdicar.

El título que otorga un rey puede ser revocado por otro y eso es lo que ha hecho Felipe VI, revocar una decisión de su padre. Pero una cosa es el ducado y otra la condición de Infanta y sus derechos dinásticos. La retirada de título (duquesa de Palma) en nada afecta a la titularidad de los derechos dinásticos de la Infanta Cristina de Borbón: seguirá siendo Infanta, por haber nacido hija de rey. Y esa distinción, de la que no puede ser despojada, la acompañará de por vida. A lo que sí podría renunciar es a sus derechos dinásticos (ocupa la sexta plaza tras las actuales infantas, su hermana, la Infanta Elena y sus dos hijos). No parece que Cristina de Borbón esté por la labor de renunciar, pero, si lo hiciera, sus hijos no perderían esos derechos que con arreglo a una norma de siglos, pasan de padres a hijos.

Todas estas peculiaridades, por decirlo así, miran hacia adentro de la institución monárquica. De ahí el carácter simbólico de la revocación del título. Decisión que Zarzuela asume como iniciativas del Rey Felipe VI, mientras que desde el entorno de la Infanta, su abogado, Miquel Roca, da otra versión de lo sucedido según la cual habría sido la Infanta quien habría comunicado por carta a su hermano su deseo de renunciar al título. Habiendo tenido tantos meses para decidirse y no habiéndolo hecho, no parece plausible que haya sido ahora cuando la Infanta haya caído en la cuenta del daño que estaba causado a la Corona su actuación en el "caso Nóos". Tengo para mí que la decisión ha partido de Don Felipe y en ella se contiene un mensaje muy claro hacia los miembros de su familia. Que nadie dude de quien es el Rey.

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