MADRID 5 Feb. (OTR/PRESS) -
Mariano Rajoy dice que es falso cuanto se ha publicado acerca de los supuestos sobresueldos cobrados por un buen número de dirigentes del PP. Dice más: en el PP nunca entró dinero negro y los papeles publicados que contienen un lista de pagos son "apócrifos". Es decir, fabulosos o fingidos. Al negar autenticidad a la lista de asientos contables que aparecen en la lista elaborada por Luis Bárcenas día a día, mes a mes, y, año tras año, a lo largo de los cerca de veinte que fue gerente primero y después tesorero, a Rajoy le faltó explicar por qué no había procedido a llamar a su hasta hace poco cercano colaborador para recabar su opinión acerca de la presunta autenticidad de los datos publicados visto que resultan infamantes para él y para buena parte de sus compañeros en la dirección del partido. Es sabido que Luis Bárcenas dejó de ser tesorero pero aún así mantenía despacho en Génova 13. Visto que los peritos calígrafos que han examinado los documentos manuscritos publicados aseguran que han salido de la mano de Bárcenas, sorprende y mucho que Mariano Rajoy -principal damnificado de todo este descomunal escándalo- todavía no se haya querellado contra su hasta hace poco estrecho colaborador (recordemos que fue él, Rajoy, quien le ascendió a tesorero). Sin una querella presentada en el juzgado, la credibilidad de Mariano Rajoy se resiente.
El presidente del Gobierno nos ha emplazado a todos los españoles a que creamos que no estuvo cobrando durante años el dinero extra que le atribuyen los asientos contables de la lista de Bárcenas. Es su palabra y uno tiende a creerle, pero la democracia no está basada en actos de fe. Son los hechos los que cuentan. Los hechos, y cuando se trata de políticos, además de los hechos están las apariencias. Veinte siglos después, en Occidente, lo de la mujer de César sigue en vigor al igual que las penas previstas en el Código Penal para quienes calumnian o difaman. Por eso, como digo, resulta sorprendente que el ciudadano Mariano Rajoy no haya procedido contra Luis Bárcenas visto que todo le señala como el origen de las desgracias recientes que se han cebado sobre el presidente del Gobierno. Que en el día más aciago en la vida política del ciudadano Mariano Rajoy, Bárcenas, el tesorero, el "Antonio Pérez" de la trama, estuviera cenando y brindando con champán en un restaurante de lujo, da qué pensar. Mucho. O se trata de un desaprensivo vivalavirgen (cosa que no parece, vista su trayectoria y lo minucioso de sus pasos hasta labrarse un fortuna de no menos de 22 millones de euros) o está tranquilo y espera porque les tiene cogidos. De momento, Bárcenas es un enigma. Visto que quien está en el centro del huracán es el presidente del Gobierno, por el bien de todos, incluida la imagen de España, conviene que la Justicia actúe cuanto antes. Caiga quien caiga.