Publicado 19/11/2024 08:00

Fermín Bocos.- Era una emergencia nacional

MADRID 19 Nov. (EUROPA PRESS) -

El martes 29 de octubre media provincia de Valencia y algunas comarcas de Albacete fueron arrasadas por las riadas provocadas por una gota fría que descargó una cantidad de agua nunca antes vista. El tiempo pasa pero hasta el próximo día 27 de noviembre, un mes después, Pedro Sánchez no acudirá al Congreso para explicar por qué el Gobierno que preside no declaró el estado de emergencia. Una decisión que habría activado todos los recursos del Estado. El despliegue inmediato de diferentes unidades del Ejército habría ampliado las capacidades de la UME supliendo las limitadas capacidades de la Generalitat en materia de emergencias.

Conociendo la trayectoria de Sánchez en el manejo de los tiempos no es difícil avizorar que ha retrasado la comparecencia en el Congreso a la espera de que en la opinión pública y en parte de la opinión publicada vaya cristalizando un relato que endosa a Carlos Mazón toda la responsabilidad de los errores y negligencias conocidas durante la gestión de la emergencia provocada por la riada. Mazón dio explicaciones, pocas y con escaso valor exculpatorio -debería haber anunciado su dimisión- pero no fue el único responsable. En tan dramáticas circunstancias el Gobierno de España dejó sola a la Generalitat.

De ahí el retraso de Pedro Sánchez a la hora de dar explicaciones donde hay que darlas :en el Parlamento. Explicaciones del gobernante que huyó de Paiporta cuando arreciaba la ira y la desesperación de los vecinos con los nervios a flor de piel porque lo habían perdido todo, mientras que el rey Felipe VI y el presidente Mazón aguantaban improperios y empujones. Explicaciones de quien pudiendo haber declarado el estado de emergencia no lo hizo sabiendo que las inundaciones afectaban a más de una comunidad, circunstancia prevista por la ley para hacer frente a este tipo de catástrofes.

Había un precedente. A finales de agosto de 1983 el Gobierno que presidía Felipe González mandó al Ejército (10.000 soldados con maquinaria y alimentos) dos días después de las inundaciones sufridas por varias provincias del Norte que resultaron especialmente dañinas en Vizcaya. Cuesta creer que no hubo un cálculo político en dejar solo al frente de la gestión al presidente Mazón, un rival político al que desde el primer momento se le vio desbordado por la situación. Sería una novedad que Pedro Sánchez asumiera su responsabilidad por el error cometido al no declarar una Emergencia Nacional y actuara en consecuencia.

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