MADRID 7 Nov. (OTR/PRESS) -
La gestión de la hecatombe provocada por la riada que se ha cobrado la vida de más de doscientas de personas ha hecho aflorar algunas de las miserias que colmatan el desagüe de la vida política nacional. Peleándose entre ellos, los políticos implicados en la gestión de la catástrofe han demostrado no estar a la altura de la magnitud del tremendo desafío que apareja la situación.
Hemos visto maniobras dilatorias aviesas desde el Gobierno de la Nación e incompetencia palmaria del ejecutivo autonómico. También hemos asistido a un caso lacerante de falta de escrúpulos. En el Ayuntamiento de Requena, localidad afectada por la riada, en un escenario con muertos por contar y desaparecidos por localizar, el Partido Socialista apoyado por un grupo político local en medio del caos provocado por el barro y las calles por despejar, encontró tiempo para tumbar a la alcaldesa del PP mediante una moción de censura. No han sido excepción en esa falta de sensibilidad. A distancia, otros, en el Congreso de los Diputados, han demostrado también cuando ajena les resultan las desgracias que afligen a miles compatriotas que lo han perdido todo. En muchos casos, la vida.
Hablo de distancia por no hablar de desdén. El pasado miércoles cuando ya se sabía que la riada había devastado varias comarcas de Valencia y algunas localidades de Albacete provocando muchas víctimas, el pleno del Congreso suspendió la sesión de control al Gobierno, pero, poco después, los diputados del bloque Frankenstein en el que se apoya al PSOE decidieron seguir como si nada hubiera acontecido. "Los diputados no estamos para ir a Valencia a achicar agua". Palabras de Aina Vidal, diputada barcelonesa por En Comú Podem (Sumar). La diputada justificaba que no se hubiera suspendido el pleno en el que los grupos de la izquierda perpetraron el decreto que cambia la norma para elegir los consejeros de RTVE. Fueron criticados, pero, sordos a las voces de la calle, una semana después han culminado el apaño en la comisión de Nombramientos del Congreso (el PP no participó) evaluando la idoneidad de los candidatos. Una representación farisaica porque todos ellos han sido propuestos por los mismos partidos que después les votan en razón de su afinidad política. Al secundar las prisas de La Moncloa para convertir definitivamente RTVE en "Tele Sánchez", los diputados de los grupos que se autoproclaman "progresistas" -la presencia del PNV y Junts en este bloque es el estrambote- han acreditado una falta de sensibilidad que les retrata en un registro que induce a despreciar a quien no se conmueve ante las desgracias ajenas.