Actualizado 16/01/2016 12:00

Fermín Bocos.- De la pana a las rastas

MADRID 16 Ene. (OTR/PRESS) -

Según el decir del clásico, solo merecen ser tomadas en serio las cosas de las que nos podemos reír. Y, ¿de qué se ríe el personal desde que el pasado día 13 se constituyeron las Cortes? Pues del voto a favor del bebé de la diputada Carolina Bescansa como futuro presidente del Congreso, de las rastas de un parlamentario canario de Podemos, de la banda de música que se trajeron los diputados valencianos de Compromís, y, sobre todo, del desaliño indumentario que, en general, exhibían las flamantes señorías de la nueva izquierda. ¿Está justificado tanto revuelo? ¿Tiene fundamento la preocupación expresada por la veterana Celia Villalobos en relación con la higiene capilar de alguno de sus nuevos compañeros en el Congreso? Se ha llegado a citar a Wittgenstein ("Ética y estética son lo mismo, son uno"), para criticar el estudiado desaliño de los diputados de Podemos y otros grupos afines. Más que sobre aspectos formales relacionados con la indumentaria -que tienen su importancia puesto que la civilización avanza-, tengo para mí que en este caso habría que distinguir lo importante de lo llamativo. Lo llamativo es el desfile con aires frikis del grueso de los recién llegados. Lo importante es que hace un par de años muchos de ellos estaban en la calle rodeando el Congreso con gestos amenazadores y consignas revolucionarias y ahora están dentro porque han sido elegidos por los ciudadanos. Ya sabemos que algunos se proclaman contrarios al sistema, pero han entrado en el Congreso por la puerta no por las ventanas y lo han hecho en un día en el que el venerable caserón de la Carrera de San Jerónimo no estaba rodeado de caballos de Frisia y demás barreras policiales. Eso es lo importante. Que estén dentro, no fuera con una mochila cargada de piedras. La indumentaria es lo de menos. Pasó en los ochenta cuando llegaron los socialistas vestidos de pana y tardaron poco en descubrir que la arruga de marca era bella. También estos acabaran descubriendo que en invierno lo que realmente abriga es la lana. Que lo que da estabilidad y seguridad, es el sistema.

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