MADRID 20 Nov. (OTR/PRESS) -
La autorización de Joe Biden para que Ucrania pueda utilizar misiles de largo alcance de procedencia estadounidense contra objetivos situados en territorio ruso puede cambiar el escenario de la guerra. Y de forma inquietante.
Pese a ser el agresor y quien invadió Ucrania violando el derecho internacional, Rusia mantiene un discurso victimista que ha llevado al Kremlin a negar ante la opinión pública de su país el concepto mismo de estar implicado en una guerra. La situación puede dar ahora un salto impredecible. Ucrania, pese a la ayuda militar y económica de los países de la UE y sobre todo de los Estados Unidos, llega exangüe a este momento crucial. Rusia, a pesar del desgaste que también ha sufrido a lo largo del año y medio que dura el conflicto no ha desplegado todo su potencial militar. Ni ha implicado al grueso de su poderosa fuerza aérea ni ¡menos mal¡ tampoco ha recurrido a su arsenal nuclear táctico.
Pero la estrategia del Putin podría cambiar si Zelenski utiliza los "misiles de Biden" para atacar objetivos en el centro de Rusia. El Kremlin considera que el empleo de estos misiles implica directamente a la OTAN en la guerra y advierte de las consecuencias. Una advertencia que a Washington le suena lejos pero que los países de la Alianza que comparten frontera con Rusia se toman muy en serio.
Para entender por qué Biden, en los últimos días de mandato ha dado semejante paso hay que acudir a la metáfora del "pato cojo", figura muy enraizada en la cultura política norteamericana. Biden está ya de salida y no tiene que asumir las consecuencias de sus actos en una siguiente elección por lo que puede tomar decisiones impopulares o arriesgadas o, como la que comentamos, quizá ideada para crear un problema a quien le sucederá en la Presidencia.
Son conocidas las ideas de Donald Trump sobre la guerra de Ucrania y también su buena relación con Vladimir Putin. Y en los últimos días se habla del "factor Trump" y la posibilidad de una mediación de Washington que ante la amenaza de cortar la ayuda americana obligue a ZelenskI a una negociación en la que acepte que Rusia se quede con los territorios conquistados. Esa expectativa podría haber pesado en la última y polémica decisión del "pato cojo" que en apenas dos meses abandonará la Casa Blanca.