Actualizado 08/01/2025 11:00

Fernando Jáuregui.- Un disparate que tiene nombre de vicepresidenta

MADRID 8 Ene. (OTR/PRESS) -

Tengo, como tantos periodistas, bastantes conocidos y algunos amigos en el socialismo andaluz. Algunos, por cierto, bastante cercanos a los postulados de Pedro Sánchez. No he encontrado uno solo -los más prudentes simplemente han callado- que haya mostrado el menor entusiasmo por la dicen que probable designación de María Jesús Montero, vicepresidenta primera del Gobierno, ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, como candidata, además, del PS andaluz en sustitución de Juan Espadas. Será, me digo, que no he buscado bien otras opiniones. Pero, en cualquier caso, como analista político, debo decir que lanzar a Montero a la campiña y a la campaña andaluza es un solemne disparate. Y no es el primero.

Escribía yo recientemente que Pedro Sánchez cometerá al menos diez errores importantes en este recién estrenado año 2025. Uno de ellos, naturalmente, es la designación de determinadas personas para 'reorganizar' las federaciones socialistas: ni Pilar Alegría, ministra de Educación, de Formación Profesional y del Deporte (nada menos), tan inveraz en el atril de La Moncloa, debería haber sido jamás la sustituta de Lambán en Aragón. Ni el también ministro y ex jefe del Gabinete de Sánchez, Oscar López, debería haberse convertido, sin celebración de elecciones primarias, en el secretario general de Madrid, sustituyendo al malquisto Juan Lobato. Ni, por supuesto, el alcalde de Soria parece tener envergadura suficiente como para ser el candidato socialista en Castilla y León. El presidente apuesta por la fidelidad y se deshace de los críticos y hasta de los tibios. María Jesús Montero es un buen ejemplo de entusiasmo pluriempleado, aunque ello vaya en detrimento de la gobernanza de la nación.

Se equivocó Sánchez no haciendo cambios profundos en el organigrama del PSOE cuando este partido celebró, hace poco más de un mes, su congreso federal: ni Montero ni Santos Cerdán deberían haber seguido como 'números dos y tres' del partido en el poder. Se equivocó, siempre a mi juicio, desde luego, no provocando una remodelación en profundidad del Consejo de Ministros tras las marchas a Europa de Nadia Calviño y de Teresa Ribera. Se sigue equivocando negándose a una crisis de Gobierno que la situación nacional, europea y mundial reclama como urgente: hemos entrado en una nueva era. Y, desde luego, yerra no poco acumulando a las tareas de determinados ministros/as las propias de un secretario regional del partido y candidato a las próximas elecciones autonómicas, allá por 2027 (se supone).

¿Se imagina usted a la ministra de Hacienda, cuando aún ni están elaborados los Presupuestos, recorriendo las tierras de Málaga, Sevilla, Cádiz, Jaén, etc, en busca de votos? Ser ministro es, debería ser quiero decir, cosa muy seria, que conlleva enormes responsabilidades de gestión en beneficio de la ciudadanía. No creo que un ministro, si realmente el cargo conlleva un verdadero trabajo de gestión, que debería conllevarlo, pueda dedicarse a dar vueltas por 'su' comunidad autónoma en busca de apoyos y sufragios. Y, en el caso específico de Andalucía, ¿seguro que la ministra de Hacienda actuará con imparcialidad en los repartos de fondos territoriales sabiendo que ella deberá enfrentarse en las urnas a Juanma Moreno Bonilla, el actual presidente de la Junta? Es un mal remiendo, un parche apresurado, desvestir a un santo para vestir a otro. Falta imaginación, faltan recambios, falta banquillo, falta sentido del Estado, faltan ideas y sobran improvisación y oportunismo. Y no saben cuánto siento decirlo así.

Sánchez debería, creo, en lugar de apresurar de modo artificial las campañas en las autonomías y de hacer actos 'de Franco', dedicarse a la gobernación interna y externa. En vez de tensionar y dividir el cuerpo social, habría de asumir sus obligaciones como estadista -¿cómo es posible que no haya salido, él que es el presidente de la Internacional Socialista, a defender al 'premier' socialdemócrata británico Starmer de los ataques calumniosos de Elon Musk?-. En fin, el cúmulo de errores 'edición 2025' sigue. A ver: ¿cuándo dice, señor presidente, que va a ir a ver a Puigdemont? Etcétera.

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