MADRID 9 Ene. (OTR/PRESS) -
El acto que inauguraba este miércoles el ciclo de otros cien que, en homenaje a la democracia y 'conmemorando' los cincuenta años de la muerte de Franco, se desarrollarán durante todo 2025, fue una gran superchería, casi tanto como el ridículo vídeo, el ballet y la sonrojante cancioncilla con los que se pretendió 'vestir' la ceremonia, coronada por un discurso de Pedro Sánchez. En el que, por cierto, ni siquiera citó al dictador, aunque sí se explayó en los atropellos que cometió, y que algunos bien conocimos. Claro, toda esa sociedad que apoya al Gobierno estaba allí presente. La otra mitad de España -suponiendo que estemos hablando de dos mitades homogéneas- ni estaba ni se la esperaba; es más, no les gustó nada la iniciativa gubernamental. A mí, que procuro mantenerme al margen, tampoco.
¿Son los ausentes del acto del Museo Reina Sofía franquistas? ¿Los son quienes dicen que Franco es un recuerdo triste que ya a nadie representa en un país en el que casi dos tercios de sus habitantes apenas tienen idea de quién era aquel señor bajito y triste, que tanta tristeza, por cierto, provocó a quienes perdieron la guerra que él mismo desencadenó? Yo me sentiría insultado si alguien me llamase 'franquista'; para mí, al margen de que obviamente no lo fui, sería una injuria. Para bastante gente del PP, o incluso de Vox, supongo que también. Franco, como los reyes godos, ya no es homologable en una Europa democrática en el siglo XXI.
Me parece que, si se quiere explicar a los jóvenes lo que fue el franquismo, son los colegios y las universidades los que deberían tener, seriamente, la iniciativa, no un Gobierno, el de Pedro Sánchez, que da la impresión de que lo se está arrogando en favor de su acción es lo mucho mejor que estamos los españoles en comparación a cómo estábamos hace medio siglo. Faltaría más. Lo que pasa es que no fue Sánchez quien trajo la democracia a España -que no llegó en 1975 tampoco, por cierto--. Si se quiere ser honesto, habría que citar el papel de un monarca que luego cometió todos los errores posibles, de unos partidos que supieron dejar de lado sus diferencias para elaborar un proyecto común de Constitución que, en aras de una mejora de la democracia, si es que esto se quiere de verdad, habría que reformar, para cumplirla, y no como ahora. Y, claro, que al menos que mencionarel papel que jugó la gente, esa gente esforzada en dejar a sus hijos un país mejor de lo que estaba.
Sánchez olvidó todo esto, lo mismo que referirse, aunque fuese, lógico, para denigrarlo, al dictador cuyos huesos descansan en Mongorrubio, entre el olvido nacional (solo habló de "los años oscuros del franquismo"). Aquello parecía lo de Rajoy evitando pronunciar el nombre de Bárcenas. A mí, Franco no me da miedo, y volvería a luchar para combatirlo, como entonces, así que, si quiero que las generaciones posteriores a mí conozcan aquello a lo que calificábamos como 'la oprobiosa', tendré que hablar sin tapujos, sin silencios, citando a cada cual por su nombre y diciendo la verdad. Incluso si quiero, viniendo a nuestros tiempos, criticar al 'hombre más rico del mundo' (que es bastante criticable, por cierto), no obviaré escribir y decir que se trata de Elon Musk, el 'brazo derecho' de Trump, que es algo que Sánchez no hizo.
Creo, la verdad, que muchos de nosotros hicimos mucho más por 'levantar la democracia' de lo que ha hecho Pedro Sánchez, o han hecho algunos representantes políticos antes que él y ahora con él. Me parece que el debate sobre la democracia debería basarse en lo que ahora se puede intentar, desde una concordia en busca de una reforma de la Constitución que esté más conforme con los tiempos que corren y con unas prácticas de participación ciudadana y transparencia que ahora no se dan. Y es que son, estos tiempos del Cambio, unos que para nada se compadecen con andar recordando lo malo que era aquel régimen que empezó -tardaría aún un par de años-- a extinguirse hace medio siglo.
Yo creo que el dictador, si lo estaba viendo desde algún lugar más allá --no será el cielo, supongo: no lo merecía--, debió disfrutar un montón viendo este acto del Reina Sofía en el que él, sin ser mencionado expresamente, era el protagonista. Y que, además, continuaba dividiendo a los españoles, que es algo a lo que Franco contribuyó no poco.