MADRID 13 Sep. (OTR/PRESS) -
Carmen Montón ha dimitido. En las 36 horas que pasaron desde que eldiario.es publicó presuntas irregularidades sobre su máster realizado en la irregular fábrica de másteres en la que se ha convertido la Universidad Rey Juan Carlos, la exministra mantuvo contundente dos afirmaciones: "no todos somos iguales" y "no he cometido ninguna irregularidad". Pero mientras sostenía eso ante la opinión pública, las informaciones publicadas circulaban en la dirección contraria: se acumulaban tantas irregularidades que hacían pensar que todo sonaba igual a lo que habíamos conocido en casos precedentes.
Es verdad, no obstante, que no todos son iguales. Ella ha dimitido, Pablo Casado ni se lo plantea. Ella lo ha hecho en 36 horas, Cristina Cifuentes tardó mucho más. Sólo cabe reprocharle, al margen de lo evidente, por qué, siendo la primera conocedora de la información que podía ir goteando, no lo hizo inmediatamente. Y por qué forzó que después de un día de atronador silencio en el partido y en el gobierno hasta tres ministros -Ábalos, Delgado y Calviño- y el propio presidente salieran a darle su apoyo apenas tres horas antes de que anunciara su renuncia tras estallar la última bomba referida al posible plagio en su Trabajo Fin de Máster. O no informó convenientemente a quien la eligió o quien la eligió creyó que podía sostenerla a pesar de que en los casos precedentes el PSOE había puesto muy alto el listón de la exigencia ética y la asunción de responsabilidades.
Y es verdad, por seguir parafraseando a la exministra, que no todos somos iguales. Porque la inmensa mayoría de los estudiantes que afrontan estudiar un máster lo hacen con esfuerzo y con exigencia, con presencia y con cumplimiento de las condiciones impuestas en cada grado. Y sin que milagrosamente aparezcan convalidaciones que no se pidieron o aprobados fuera de tiempo, por ejemplo.
Seguramente Carmen Montón podría haber sido una buena ministra. Seguramente no tenía necesidad alguna de hacer un máster sobre una materia en la que cuando lo cursó ya era una referencia en su partido y en el Congreso de los Diputados. Por eso la pregunta que hoy muchos nos hacemos es qué necesidad tenía de hacer lo que hizo y como lo hizo.