MADRID 8 Ago. (OTR/PRESS) -
Pudo pensarse, inicialmente, y hasta temerse, que la campaña electoral catalana, antes las elecciones del próximo otoño, pudiera girar de manera casi exclusiva en el Estatuto catalán y la sentencia del TC.
Sin embargo, hay que reconocer a José Montilla y sus asesores dotes probablemente hasta la fecha no tenidas suficientemente en cuenta, como para hacer girar la campaña en una dirección inesperada, aunque no precisamente novedosa: la corrupción, y de hacerlo a cuenta de un viejo asunto, el Caso Millet-Palau de la Música, aunque con los últimos argumentos que el escándalo ha aportado: las cuentas de FCC-Convergencia. O sea, el retorno a las comisiones que los sucesivos gobiernos de Jordi Pujol y de su CiU percibieron a cuenta de las obras encargadas. El famoso dos por ciento que en su día denunció Pascual Maragall en el Parlament de Cataluña, y que, según parece, en los tiempos de Milet y Montull había ascendido al doble, el cuatro por ciento para el "comisionista", que no era otro que el político con mando en plaza, o sea, los convergentes casi eternos en el gobierno de Cataluña.
Pues en ese punto estamos, en este comienzo de la campaña electoral catalana. Ya en el comienzo de estas revelaciones del Palau-FCC-CiU, Montilla había apuntado seriamente contra su contrincante más directo, Artur Mas, forzando a éste a negarlo todo... Pero ahora lo ha hecho con más tino y con clarísima intención: la corrupción que salpica a CDC, ha protagonizado el tradicional discurso prevacacional de José Montilla en Can Corbella (El Vendrell). Según ha relatado un cronista, con todo lujo de detalles, entre platos de sepia y pies de cerdo, el presidente catalán se dirigió a la militancia del PSC para pedirles un esfuerzo extra ante las próximas elecciones autonómicas. "No es serio calificar un informe de la Agencia Tributaria de inconcreto, cuando este informe apunta a una trama que liga la adjudicación de obra pública, el Palau de la Música y presuntos pagos directos o indirectos a un partido", "Pido contundencia para esclarecer los hechos y castigar a los responsables", han sido algunos de los dardos que el president ha lanzado a CiU.
Además, ha preguntado a Artur Mas, líder de CiU, qué haría si la Justicia acaba probando el cobro de comisiones ilegales del partido: "¿Renunciaría a su escaño?". Además de reclamar transparencia en las tramas corruptas que supuestamente salpican a los convergentes, Montilla ha iniciado su campaña con otros dardos envenenados contra otros rivales o adversarios, por ejemplo, la deriva independentista y la intensificación de la campaña soberanista de ERC.
Tras la sentencia del Estatut, "otros creen que aquí se acaba el camino en común con el resto de pueblos de España. Yo no". Además, ha acusado a los nacionalistas de "dividir" a los catalanes, además de volver a reclamar el Estatut "entero". Y con la mirada puesta una vez más en CiU, Montilla les ha acusado de pactar con el PP cuando pueden y, en paralelo, ejercer un "independentismo de fin de semana, excitando los ánimos del soberanismo, el derecho a decidir y un concierto económico que no cabe en la Constitución".
O sea, que comienza con fuerza una campaña todavía sin fecha determinada, pero bien visible, y a lo que se ve, con muchos y variados asuntos que abordar...