MADRID 10 Nov. (OTR/PRESS) -
La política se viene centrando estos días en unas pocas declaraciones: la denuncia del Papa de laicismo y secularismo "agresivo", o las revelaciones de Felipe González sobre la dirección de ETA o las más recientes de Jesús Eguiguren sobre la esperanza de que ETA anuncie su final estas próximas navidades.
Las tres manifestaciones ponen en una cierta dificultad al partido socialista, o por lo menos, proporcionan oportunidad al PP para arremeter contra él. Posiblemente las opiniones del Papa resulten las más difíciles de entender, sobre todo, si se tienen en cuenta las respetuosas manifestaciones que el Papa hizo sobre el laicismo de Francia cuando se entrevistó con Sarkozy. En este caso, todo permite suponer que el Papa ha expuesto la doctrina que de manera permanente expone o exhibe Rouco Varela en su confrontación permanente con el gobierno socialista español.
Mayor agresividad están teniendo las manifestaciones de Felipe González, que ha suscitado opiniones muy adversas de González Pons y de Cospedal, entre otros dirigentes del PP. Pero también de Feijoo, o de Fraga... Y no son coincidentes entre sí, sobre la duda que expone González, de qué hacer ante la posibilidad de poder "volar" a la cúpula de ETA. A unos les parece que no había duda de lo que debió hacer -se supone que volarlos a todos-, pero a "la voz dominante" la declaración del ex presidente les sirve para arremeter contra la existencia misma de la "guerra sucia" del GAL y de sus presuntos responsables máximos.
El PP aspira, nada menos, que la dirección del PSOE desautorice o descalifique a González, algo que habrá comprobado que es tarea imposible, tras escuchar voces como las de José Bono o Pérez Rubalcaba que no ocultan la admiración, afecto y respeto que González les merece. Marcelino Iglesias, coincidió con los ex ministros para proclamar que "Felipe González tiene todo nuestro respeto, es un hombre de Estado y siempre lo ha sido", dijo Iglesias, quien entiende que "su actuación fue totalmente coherente con la ley".
El PSOE respeta "a Felipe González de manera muy especial", han dicho Iglesias, Rubalcaba y Bono... Lo que no quiere decir que las manifestaciones de González hayan complacido a todos: han podido incomodar las referencias a las dudas que aún se mantienen sobre si debía haber acabado físicamente con la dirección de ETA y la cierta "resurrección" de episodios de guerra sucia contra el terrorismo de los años 80. No hay duda de que Rubalcaba aparece como "chivo expiatorio" de las manifestaciones de González en su vieja condición de portavoz de aquel gobierno. Cabe suponer que el PP trasladará al Congreso las opiniones que han expresado algunos de sus dirigentes, como Pons o Cospedal, coincidentes en observar que González viene a confesar su responsabilidad en la dirección de los GAL, sin entrar en las dudas de conciencia que expresa González. Otras voces son mucho más comprensivas, como la de Manuel Fraga: "Cuanto menos se hable de este asunto, mejor". Alberto Núñez Feijóo, en cambio, encuentra "sorprendente" que quien "ha estado 14 años al frente del estado derecho tenga dudas sobre si se puden cometer horribles delitos". Por ello, considera que Felipe González debería pedir disculpas y no tratar de justificar lo injustificable. ¿Lo justificable fue no volar a los etarras?, cabe preguntar...
Las otras declaraciones del momento son las del presidente del partido Socialista de Euskadi, Jesús Eguiguren, que se cree en condiciones de anunciar que posiblemente en las ya inminentes navidades la banda ETA hará el anuncio de su tregua definitiva y verificable. A Eguiguren se atribuyen sus fuentes informativas a su buena relación con Josu Ternera, y ello hace hablar hoy a La Gaceta de "extrema irritación por la complicidad de Eguiguren con Ternera"...