MADRID, 8 Dic. (OTR/PRESS) -
Hablemos claro. España es un país que está hasta arriba de dinero negro, lo que merma la recaudación del Estado, sin que éste haga mucho evitarlo. Y hablemos más claro todavía: ni siquiera Hacienda está ya al margen de la corrupción en España, si por ello también entendemos la limpieza 'étnica' que convierte a las víctimas de la Agencia Tributaria en verdugos. Tremendo.
De entrada, todo parece indicar que hay altos cargos que han presionado al cuerpo profesional de inspección para anular o aparcar una sanción a la multinacional cementera Cemex. Lo que le faltaba al país: la larga mano de los políticos corruptos metiendo mano en la Agencia Tributaria para que una empresa que simulaba pérdidas ficticias no pagase todos los impuestos que debía. La sanción recurrida era de hasta 450 millones de euros. El anterior director de Inspección de la Agencia Tributaria, Luis Jones -número tres de la Agencia-, está en la calle, una vez que fueron a por la inspectora del llamado 'caso Cemex'. Y de Nóos y Hacienda, mejor ni hablar.
La situación de la corrupción en España es alarmante, como subrayan todas las encuestas, pero esto de llevarse por delante el prestigio y la independencia de la Agencia Tributaria supone una ampliación de la quiebra del sistema. Quienes actúan así, no sólo están defendiendo intereses espurios, sino que parecen querer fomentar la insumisión fiscal.
Sólo cabe pensar que el Congreso aclare y depure la situación, y ojalá que esta vez no esté mezclado en semejante escándalo el principal partido de la Oposición. Y no tanto por defender su dañada honorabilidad, sino porque si el PSOE se calla no nos enteraremos de nada. Como en tantas otras cosas en las que el PSOE cacarea, pero no utiliza todos los resortes de la Oposición.
En Venezuela, que fue una democracia de cierta calidad en los años setenta, la corrupción se apoderó de los dos grandes partidos -COPEI y Acción Democrática-, cuya demolición dio paso a la llegada del populista Hugo Chávez. Tal vez España, por pertenecer a la Unión Europea, no llegue a semejante extremo, pero ya no anda lejos de que el caldo de cultivo sea el mismo. Algunos que tanto homenaje rinden a Nelson Mandela, después hacen justo lo contrario de quien acabó con el régimen racista del 'apartheid'.