MADRID 30 Ene. (OTR/PRESS) -
El PP tiene un problema. Bueno, en realidad es la dirección del PP quien tiene varios problemas. Pero vayamos por partes. Su primer problema es con el ala derecha de su partido que se le está rebelando. El "adiós" de Jaime Mayor Oreja viene a sumarse a la decisión de Ortega Lara de marcharse del partido y fundar otro nuevo, Vox, al que se le ha sumado otro histórico del PP, Alejo Vidal Cuadras. Por si fuera poco la ex presidenta del PP en el País Vasco, María San Gil ha roto su silencio para criticar la política de su partido en esa Comunidad Autónoma. Y por si faltaba algo, José María Aznar ha excusado su presencia en la convención que el PP va a celebrar en Valladolid alegando un viaje previamente programado.
Todo esto claro no es fruto de la casualidad sino del evidente descontento de un sector, sin duda con peso, en el Partido Popular. De manera que por mucho que desde Génova 13 se quiera minimizar la situación, lo cierto es que para el PP ir perdiendo su ala derecha puede suponerle perder un buen número de votos.
Por otra parte también ha ido perdiendo al sector más centrado de sus votantes atónitos de algunas políticas adoptadas que les han repercutido directamente. Es la clase media la más perjudicada por las políticas de Rajoy. La subida de impuestos, la rebaja de sueldos, el ver como los hijos de repente se quedan sin becas, el que en la sanidad te cobren por servicios que antes eran gratuitos, son medidas que han provocado un evidente desafecto en los propios votantes del PP.
Por si fuera poco la ley del aborto viene a ahondar en esa política de desigualdad. A partir de ahora quien tenga medios económicos cruzara la frontera y podrá abortar, quien nos los tenga se enfrentara a un autentico calvario en nuestro país.
O sea que el PP pierde votos por todos lados porque no ha sido capaz de hacer una política coherente, si no que sus políticas han ido dando vaivenes, en unos aspectos más de derechas de lo esperado en un partido conservador moderno, en otras han hecho políticas erráticas, amen de no haber sido capaz de buscar la complicidad y el apoyo del ala más de derechas de su partido que también se ha sentido huérfana porque nadie les ha explicado el por qué de determinadas decisiones, por ejemplo la política antiterrorista.
Todo el mundo sabe lo que ve, y es que Rajoy ha seguido la hoja de ruta de su antecesor en Moncloa el socialista Rodríguez Zapatero. Y seguramente es lo que tenía que hacer, pero en vez de explicarlo se ha dedicado a decir una cosa mientras hacía otra lo que ha provocado, primero el estupor en sus filas y luego la indignación.
Verán, yo creo que Mariano Rajoy ha estado tan centrado en la política económica, en intentar evitar que la UE "interviniera" nuestro país, de conseguir domeñar la "prima de riesgo", etc, que se ha olvidado de gobernar de manera coherente y ahora lo empieza a pagar con estas deserciones en sus filas.
No digo que los mayores esfuerzos del Presidente no tuvieran que estar centrados en la economía, pero no debió de descuidar el resto de los frentes. Y por lo que se rumorea van a continuar los "portazos".