Publicado 05/11/2024 08:00

Julia Navarro.- Aprender la lección

MADRID 5 Nov. (OTR/PRESS) -

Sí, claro que los ciudadanos de los pueblos arrasados por la catástrofe provocada por la DANA tienen derecho a expresar su dolor e indignación.

Seguramente, cualquiera que se encontrara en su situación reaccionaría con la misma desesperación, de manera que solo cabe comprensión ante los reproches y la ira que la visita de Pedro Sánchez y el presidente de la Comunidad Valenciana Carlos Mazón ha levantado entre los vecinos de Paiporta, y que de rebote han sufrido los Reyes. Porque por más que el Gobierno, de manera torticera, intenta colocarles en el centro de esa indignación, además de señalar de manera más torticera aún, que la iniciativa de ir a Paiporta fue de la Casa Real. En mi opinión, la iniciativa solo puede ser calificada de acertada porque una vez más demuestra que el Rey ejerce su función, también a pie de calle, cerca de las preocupaciones y problemas de los ciudadanos.

El problema de Pedro Sánchez es que apenas puede salir a la calle porque cuando lo hace suele cosechar la indignación ciudadana, por eso, salvo actos de su partido, no se le ve en ninguna parte.

Hay que reconocer que el Rey y doña Letizia mantuvieron un comportamiento ejemplar, sabiendo estar a la altura del dolor de los ciudadanos sin dar un paso atrás, aguantando el chaparrón, consolando a las víctimas y a sus familiares, escuchando.

El rey don Felipe demostró gallardía y valor, rompiendo el cordón de seguridad para hablar con los vecinos del pueblo. Se la jugó dado el nivel de violencia mostrado por algunos de los vecinos de esta localidad. La Reina igualmente se dirigió a los vecinos, y escuchó sus quejas. ¿Y Pedro Sánchez? Pues, Pedro Sánchez se marchó. Supongo que por consejo de los responsables de su seguridad, pero fuera por lo que fuera, le faltó la gallardía demostrada por el Rey, que aguantó las quejas airadas, y más que airadas, de algunos de los vecinos. Si, Sánchez se marchó dejando a los reyes solos, pero eso sí, en los informativos de Televisión Española informaron que los actos de repulsa fueron para la visita real, aunque en realidad no fue así, sino que los principales destinatarios fueron el mismísimo Pedro Sánchez y el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón. Hay hechos que hablan por sí solos. Puede que entre los increpantes más violentos hubiera personas de la extrema derecha como dicen desde el Gobierno, pero vistas las imágenes de televisión sobre todo lo que se veía era a gente del pueblo enfurecida. Es de suponer que habrá una investigación al respecto.

Pero volviendo a lo sustancial que no es otra cosa que las preguntas que muchos ciudadanos se hacen: ¿Podrían el Presidente Pedro Sánchez y su Gobierno haber hecho más ante la catástrofe que se desató sobre la Comunidad Valenciana? ¿Podría el gobierno de Carlos Mazón haber sido más eficaz desde el minuto uno para intentar paliar los efectos de la catástrofe?. ¿Perdieron ambos gobiernos demasiado tiempo con cuestiones formales respecto a quién y con qué medios le correspondía actuar a cada uno? ¿Era de recibo los intercambios de reproches de los unos contra los otros en vez de ponerse inmediatamente de acuerdo para actuar con la mayor eficacia posible?.

Son preguntas que quedan en el aire pero que en algún momento habrá que buscarle respuesta, entre otras cosas, porque si hay algo evidente es que tanto el gobierno central como el autonómico, durante las primeras horas parecían paralizados sin adoptar decisiones eficaces.

En mi opinión, igual o más importante es que, de esta tragedia, los responsables públicos se pongan a trabajar para que nunca más en una circunstancia como esta haya la descoordinación que se ha evidenciado entre el gobierno central y el autonómico.

Hacen falta protocolos claros para que los ciudadanos reciban la información en tiempo real sobre cualquier fenómeno atmosférico como el de esta DANA. Hace falta que la Agencia Estatal de Meteorología pueda hacer llegar sus predicciones y recomendaciones a los ciudadanos de manera clara y rápida.

Hace falta que el Gobierno central y el autonómico, sean del color político que sean, antepongan los intereses de los ciudadanos a sus intereses políticos, en vez de hacer "política" de bajos vuelos para ver si un error desgasta al contrario.

Durante el desencadenante de esta tragedia, es evidente que la respuesta del Gobierno, Pedro Sánchez, y la de Carlos Mazón, no ha sido ni rápida ni eficiente y ha dejado a la vista descoordinación.

Esperemos que los responsables políticos de todos los partidos sean capaces de aprender algo de esta tragedia y, se pongan a trabajar de inmediato, para disponer de los instrumentos adecuados por si la Naturaleza vuelve a descargar su ira como lo ha hecho en los pasados días.

Seguramente también hay que enmendar errores de antaño, de ese modelo de desarrollo de los años 60 del siglo pasado, en que se construyó sin ningún miramiento de cauces de ríos y arroyos, en laderas de colinas y montes, en torrenteras, ramblas, en lugares que fueron del agua y a los que el agua no importa cuando, aún que pasen cien años, un día regresa.

Y volviendo a los sucesos de Paiporta, la irá descargada contra Pedro Sánchez y Carlos Mazón es la ira de la desesperanza por más que el Presidente pusiera pies por tierra, mientras que, insisto en lo evidente, en lo que todos pudimos ver en las pantallas de televisión, don Felipe demostró valentía, pundonor y humanidad, acercándose a los dolidos ciudadanos para escucharles y hacer suyo su dolor. También doña Letizia supo dar lo mejor de ella misma. Una actitud que les honra y demuestra la calidad humana de ambos.