MADRID 23 Sep. (OTR/PRESS) -
Estoy totalmente de acuerdo con la propuesta del presidente Zapatero de que se arbitre una tasa para las transacciones financieras de ámbito internacional. En realidad lo que Zapatero ha propuesto en Nueva York no es otra cosa que la llamada Tasa Tobin. El problema de esa tasa es que es imposible de aplicar si no es con el visto bueno de todos los países, y eso, hoy por hoy es poco probable. Sin embargo, teniendo en cuenta los estragos que ha provocado esa economía de casino llevada a cabo por algunas entidades financiaras, se debería de abrir al menos una reflexión general sobre poner en marcha esa tasa a las transacciones financieras.
Estamos padeciendo una de las peores crisis económicas, y esta crisis es fruto exclusivo de malas practicas financieras que ha enriquecido a unos pocos y provocado el paro y la desesperación a millones de familias en el mundo entero. Poner una tasa a las transacciones financieras internacionales, por modesta que sea la tasa, serviría para paliar los efectos d de la miseria y del hambre en el mundo. Por eso no entiendo la virulencia con la que reaccionan ciertos sectores de la derecha mediática poniendo grito en el cielo por la sola posibilidad de que, a quienes más tienen y sobre todo a quienes especulan con el dinero, les pongan una tasa mínima que serviría para solventar parte de la miseria en los países subdesarrollados.
Ya digo que lo que ha hecho el presidente de nuestro Gobierno es hacer suya la idea de la Tasa Tobin, y aunque algunos se hayan apresurado a criticarle, lo cierto es que Zapatero acierta de pleno al reivindicar y proponer la tasa Tobin.
Como era de esperar la reacción de los sectores financieros ha sido inmediata manifestándose en contra de la propuesta de Zapatero. No diré que me sorprende, pero sí que resulta desalentador que quienes más tienen no sean capaces a renunciar a unos céntimos, solo unos céntimos, con los que contribuir a paliar los efectos de la miseria en tantos y tantos lugares de nuestro planeta.
Se podrá decir que el Presidente del Gobierno español ha hecho un brindis al sol, puesto que son muchos los gobernantes que hablan de la tasa Tobin y pocos los que se atreven a trabajar en serio por hacerla realidad, pero al menos Zapatero ha puesto en la agenda política internacional la necesidad de poner en marcha una tasa para las transacciones financieras internacionales, que ayudaría a que éste mundo fuera un poco menos egoísta y más habitable.