MADRID 10 Sep. (OTR/PRESS) -
Lo ha dicho Fidel Castro: el modelo cubano ya no funciona ni para los propios cubanos. El problema es que el Comandante no ha ido más allá. Es decir podía haber anunciado la apertura de un proceso hacia el único sistema que funciona aceptablemente, la democracia. Pero hasta ahí no ha llegado.
Los analistas aseguran que detrás de las palabras de Castro se encuentra el aval publico para las supuestas reformas que quiere poner en marcha su hermano Raúl antes de que la depauperada economía se les hunda aún más. Puede ser, pero a estas alturas Cuba necesita algo más que reformas económicas, es un traje que se le ha quedado excesivamente estrecho a los cubanos y cuyas costuras están a punto de estallar. En Cuba lo que la gente quiere es lisa y llanamente libertad.
Ahí está el ejemplo de los disidentes que han dejado de ser invisibles gracias a la valentía de sus familiares y amigos que han logrado que el mundo entero tome conciencia de los centenares de presos políticos y de conciencia que están encerrados en las terribles cárceles de la Dictadura.
No, el sistema no da para más, pero los Castros no saben cómo salir de la espiral que ellos mismos han creado. El problema es que por más que Fidel Castro haya reconocido que el modelo no funciona parece que no se le pasa por la cabeza que para dar paso a un nuevo modelo él y su hermano y toda la nomenclatura cubana se deberían de jubilar. Supongo que el problema es el miedo. Sí, miedo a que les juzguen, a terminar en el banquillo despojados no sólo del poder sino de cualquier atisbo de autoridad.
Por eso aguantarán hasta el último minuto de su vida en el poder. Mientras tanto, el paraíso cubano ha demostrado ser un infierno para sus propios ciudadanos, y naturalmente que el infierno no es un modelo y además no se puede exportar. A Fidel Castro y a su hermano Raúl lo que les falta es valentía para desmontar el modelo que han implantado. Todo lo demás son cantos de sirena, aunque ¡ojalá! sean capaces de ir llevando a cabo alguna reforma que alivie la situación de los cubanos y sea una puerta abierta al aire de la libertad que, por más que se resistan, llegará.