Actualizado 27/10/2010 14:00

Julia Navarro.- Escaño Cero.- Los papeles del oprobio.

MADRID 27 Oct. (OTR/PRESS) -

A la mentiras con las que fue defendida la invasión de Irak -las famosas armas de destrucción masiva que nunca aparecieron- se suman ahora miles de documentos secretos revelados por "Wikileaks", que ponen en evidencia las atrocidades cometidas en aquel país por las tropas norteamericanas y sus aliados. En toda guerra tiene asiento el horror, pero en esta quienes la declararon engañaron a la opinión pública diciendo que habían entrado en Irak para llevar la democracia. Democracia, es decir: respeto a los Derechos Humanos. Un sarcasmo a la luz de los hechos y los datos sobre asesinatos, torturas y demás vejaciones consignadas con minuciosidad burocrática en los documentos ahora filtrados.

Ciento nueve mil personas, de ellas más de la mitad civiles, han perdido la vida en Irak desde que el presidente Bush dio la orden de invadir el país para derrocar a Sadam Hussein con el pretexto de las armas de destrucción masiva y un pretendido apoyo al terrorismo islamista que ningún experto en Oriente Medio se habría atrevido a avalar ¡Más de cien mil muertos, la mitad de ellos civiles! Se dice pronto. Y ahora, llegan los datos de las atrocidades cometidas a lo largo de un camino de sangre y fuego que ningún país se merece.

¿Pedirán perdón quienes avalaron aquella guerra? ¿Reconocerán que con su servilismo o su estupidez estuvieron apoyando una guerra injusta e innecesaria? Todos sabíamos -y Washington y Londres mejor que nadie- que los apoyos del terrorista Bin Laden estaban en Afganistán y Pakistán, no en Irak. Todos, menos quienes se dejaron llevar por el viento de las Azores. Aquí fueron muchos. Algunos de ellos ahora parecen haber recuperado la cordura y condenan la intervención. Otros, callan. El suyo es un silencio que suena a mala conciencia. En fin, ahora estamos asistiendo a otra maniobra de distracción. Consiste en desacreditar al mensajero. En este caso a Julián Assange, el responsable de "Wikileaks". Es una maniobra vieja como el mundo y recuerda la fábula del dedo del tonto y la Luna porque, la verdad es la verdad, la ponga en circulación Agamenon o Julian Assange.

Los papeles filtrados por "Wikileaks" constituyen la mayor prueba de oprobio conocida hasta la fecha contra quienes cometieron la barbaridad de invadir Irak. La Historia les está juzgando.