MADRID 15 Ene. (OTR/PRESS) -
Saben, creo que Pedro Sánchez y los suyos tienen miedo y de ese miedo se deriva la sobreactuación.
Un miedo que se evidencia en la presentación, por parte del PSOE, de una batería de medidas legislativas destinadas a borrar de un plumazo algunos de los fundamentos de nuestro sistema jurídico. Lo evidencia la pretensión de suprimir la figura de la acusación popular, esa que ellos mismos han utilizado contra el PP en tantas ocasiones a lo largo de los años. Al igual que el PP la ha utilizado contra el PSOE.
Saben, acaso se debería reflexionar sobre los límites de la acusación popular, pero en otro momento, no cuando al Gobierno le conviene porque los escándalos acechan al mismísimo Presidente.
El PSOE también ha anunciado una nueva Ley Orgánica de "Garantía y protección de los Derechos Fundamentales derivado de Acciones Judiciales Abusivas". ¡Toma ya!.
Y para no dejarlo ahí se "impedirá" que se admitan querellas basadas en recortes e informaciones de prensa. Claro que llegan tarde o acaso es que no se han enterado que el Tribunal Supremo ya dejó sentada doctrina sobre este asunto.
Quizá, de esa "batería" de propuestas merece la pena detenerse en la supresión del delito de ofensa contra sentimientos religiosos. Tendrán que explicar si se trata de ofensas a cualquier religión o solo a la católica. No veo yo a los adalides de la propuesta, tan valientes como para atreverse a faltar por ejemplo a la religión islámica.
La cuestión es si se añade a esta supresión la que propone Sumar: derogar los hasta ahora delitos de injuria contra las altas instituciones del Estado, léase la Corona.
La realidad es que lo que intenta el Gobierno es "atar corto" a la Judicatura, porque me parece que tienen miedo. Miedo al resultado que pueda derivarse de los asuntos que afectan al gobierno y familia, y que están en estos momentos en los tribunales. Así de simple y evidente.
En uno de sus muchos ejercicios de irresponsabilidad a los que Pedro Sánchez, su gobierno y sus socios independentistas, ya nos ha acostumbrado, el intento de desprestigiar a los jueces señalandoles como enemigos e intentando su control. Al igual sucede con los medios de comunicación, Los que les aplauden hasta con las orejas y les hacen la ola son dignos de confianza, de la suya, claro. Los que ejercen un periodismo crítico son enemigos a batir.
Algún día, porque Sánchez también "pasará", habrá que evaluar el daño que este gobierno ha causado a las instituciones y la convivencia ciudadanos con sus burdas maniobras dividiendo a la sociedad en buenos y malos, buenos y demócratas los que les apoyan, malos y fascistas los que se atreven a discrepar.
Esta batería legislativa, que el PSOE quiere convertir en leyes, ha sido criticada por todas las asociaciones de jueces, incluida la de Jueces para la Democracia. Ejem, ejem... Prueba de que el Gobierno en este caso se ha pasado de frenada.
La cuestión de fondo es que a pesar de su "manual de resistencia" a Pedro Sánchez, como no puede ser de otra manera, le afectan todos los casos de corrupción y malas prácticas que están siendo investigados por los tribunales. Claro que su reacción es típica en las autocracias: cortar las alas del mensajero y cerrarle la boca.
La gran pregunta es si lo conseguirá. Y la otra gran pregunta es cómo es posible que quienes siempre han estado en la vanguardia de la lucha por la libertad hayan "comprado" el discurso burdo y falsario: o Sánchez o la extrema derecha. ¿De verdad se lo creen?.
Regreso al principio: las medidas desesperadas evidencian miedo.