MADRID 23 Oct. (OTR/PRESS) -
Cuantos dimes y diretes en torno a la decisión de Díaz Ayuso de dar "plantón" a Pedro Sánchez.
El Presidente la había incluido en su ronda de conversaciones con los presidentes autonómicos y, pienso, que está encantado con que Isabel Díaz Ayuso haya anunciado que no piensa acudir a la cita. La presidenta madrileña ha esgrimido como causa los insultos y la campaña feroz que desde Moncloa han orquestado contra ella.
Saben, pienso que, con su negativa, Ayuso ha dejado en evidencia su propia vulnerabilidad.
No la conozco y nunca he intercambiado una palabra con ella, así que lo que escribo a continuación es lo que pienso sin base alguna: a Isabel Díaz Ayuso le va más esa imagen que se había ido cimentando, de política "dura" que no tiembla ante los embates del presidente de Gobierno. Eso es lo que la ha hecho popular desde que los estrategas monclovitas decidieron convertirla en el "alter ego" del Presidente.
Incluso el propio Sánchez ha asumido las consignas de su equipo de asesores sumándose a la petición de que Nuñez Feijóo "cese" a Isabel Díaz Ayuso. No sé, pero creo que los del equipo de consignas desbarran un poco. El nuevo ministro de Innovación, Oscar López, no deja de repetir que el líder del PP lo que tiene que hacer es cesar a Isabel Díaz Ayuso. El argumentario de este ministro y otros de sus colegas es un argumentario tan fatuo como endeble. Vamos, parece un argumentario de la "señorita Pepis".
Lo primero es saber de qué la tiene que cesar, porque es evidente que, aunque Nuñez Feijóo quisiera, no podría cesarla de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Podrá, en el futuro, maniobrar para que no sea la candidata de su partido a repetir para hacerse con la presidencia de la Comunidad de Madrid, pero nada más, y para eso falta tiempo.
Me parece a mí que cada intento de embestida de los estrategas del PSOE contra Isabel Díaz Ayuso lo único que hace es consolidar su liderazgo. La vienen situado a la "par" que el Presidente de Gobierno, supongo que también con intención de ningunear a Nuñez Feijóo. Pero ¿qué efecto está obteniendo esta operación? Me parece a mí que ninguna, por burda, y sobre todo mal pensada y peor realizada.
En ocasiones, el problema de los políticos es que terminan creyéndose su propia propaganda, no solo por lo mucho que la repiten ellos mismos, sino porque se les suman los medios afines y eso les parece que le da una pátina de realidad. Y este Gobierno es especialmente proclive a hacer un uso excesivo del "argumentario" que preparan todas las mañanas los publicitarios monclovitas. Porque es lo que son, publicitarios de poca monta.
Escuchar a los ministros repetir lo mismo, sin siquiera un matiz de diferencia, les debería sonrojar. Eso que les den por escrito lo que tienen que decir y lo repitan como papagayos da idea del poco fuste político que tienen.
Quizá entre los errores de Pedro Sánchez se cuenta que no es un buen "jefe de personal," por lo menos a la hora de elegir colaboradores para el departamento de imagen, publicidad y propaganda. Les falta "fineza" que diría el ya olvidado Giulio Andreotti.
Son tan de brocha gorda, tan previsibles, que consiguen el efecto contrario. Pidiendo la dimisión de Ayuso, a la que acusan de corrupción por los lios de su novio con Hacienda, lo que intentan es "tapar" o al menos desviar la atención sobre los casos de corrupción y otros "problemas" que navegan sobre el entorno del Presidente y algunos de sus mas estrechos colaboradores, como lo fue el ya ex ministro Abalos. El argumento de que Ayuso se ha beneficiado de los posibles chanchullos de su novio, es tan chusco como estúpido, porque parece que los posibles delitos dejan de ser individuales para achacarlos a los dos miembros de quienes formen una pareja solo por serlo.
Además cuando la pareja de Isabel Días Ayuso cometió esos presuntos delitos contra la Hacienda Pública, aún no vivían juntos porque no se conocían. Si ya es un dislate decir que alguien es culpable de los delitos que pueda cometer su pareja, lo es mucho más si esos delitos fueron cometidos cuando ni siquiera se conocían. Hasta ahora la responsabilidad ante la Justicia es individual. Claro que, con este Gobierno, todo es susceptible de cambiar.
Pero dicho todo esto, tengo mis dudas de que la presidenta de Madrid vaya a obtener algún rédito político de su "plantón" a Pedro Sánchez.