MADRID 6 Mar. (OTR/PRESS) -
Llevamos días escuchando el "run run" de destacados políticos del PSOE y de ERC y Junts anunciando que el acuerdo para la amnistía está "casi" listo y que el jueves recibirá el espaldarazo definitivo en la Comisión de Justicia del Congreso.
La ecuación es sencilla: Pedro Sánchez necesita tanto a Carles Puigdemont como Carles Puigdemont necesita a Pedro Sánchez. A partir de esa conclusión el meollo de la cuestión no es tanto lo que suceda en la comisión de Justicia del Congreso sino cómo "visten" el acuerdo sobre la amnistía, que cuenta con el rechazo de buena parte de la sociedad.
Sí, Sánchez y Puigdemont son tal para cual. El primero tiene una ambición de poder desmesurada, el segundo no tiene vocación de mártir y, por tanto, no quiere pasarse el resto de su vida en Bélgica.
Sánchez necesita a Puigdemont para seguir en la Moncloa y Puigdemont necesita a Sánchez para regresar a Barcelona limpio de polvo y paja, es decir pudiendo repetir como Presidente de la Generalitat por más que esa posibilidad ponga de los nervios a Pere Aragonés, actual presidente, y demás dirigentes de ERC. Pero esto último no es problema de Sánchez, que debe de pensar que allá se las apañen los de Junts con los de Esquerra.
De manera que están en vísperas de llevarse un disgusto quienes venían esperando poco menos que un milagro que evite la ley de amnistía. Eso sí, resulta de lo más llamativo y chusco a la vez que desde Sumar con Yolanda Diaz en persona, hayan presentado una serie de iniciativas en el Congreso para evitar que se pueda indultar a quienes delinquen por corrupción. Parece que va dirigido al "caso Koldo", porque hay clases y clases de malversar fondos públicos, una si es para quienes malversan en su propio beneficio personal y otra para quienes malversan en nombre de sus santos ideales, léase en este caso el "proces". O sea que a Koldo García y sus amigos, como no puede ni debe de ser de otra manera, les caerá todo el peso de la ley pero los independentistas catalanes se irán de rositas porque lo suyo tiene excusa política.
Hay que militar en un cinismo insultante y tomar a los ciudadanos por tontos de remate para que creer que pueden vendernos esa chatarra.
Pero a lo que vamos, y volviendo a la amnistía que se han guisado entre Sánchez y Puigdemont, poco le importa al Presidente dividir a la ciudadanía, retorcer la Constitución malbaratándola para moldearla a su conveniencia y ambición, decir hoy "A" y mañana "B". No es que sea pragmático sino que no se concibe a sí si no es mandando.
Pero tengo la impresión de que el viento a su favor está amainando y que tanto la amnistía, como el escándalo de Koldo y las mascarillas, le terminará pasando factura. Ya verán. Lo que es seguro es que también todo esto pasará. Paciencia y al tiempo.