Publicado 07/01/2025 08:01

Rafael Torres.- ¿50 años en libertad?

MADRID 7 Ene. (OTR/PRESS) -

Con Franco no murió, en noviembre de 1975, el franquismo, de modo que no se entiende muy bien que se conmemore el cincuentenario de aquella fecha como la de la recuperación de la libertad, que así se llama, "50 años en libertad", el conjunto de actos que ha programado el Gobierno sobre el particular. Con Franco no murió, lamentablemente, el franquismo, pues aquella amenaza del sátrapa según la cual quedaba todo atado y bien atado, no expresaba un deseo, ni un farol, ni una siniestra fantasía crepuscular, sino un lazo real que maniató durante los interminables años de la Transición el desarrollo de la democracia, y que, en una medida de imprecisa cuantificación, lo sigue maniatando.

Tras la muerte física del dictador no se borró el rastro de oprobio, de violencia, de corrupción, de atraso, de miseria moral, de imbecilidad y de represión que generó su régimen, y tardó mucho, si no en borrarse, sí en acomodarse o diluirse en una democracia que, a causa de ese rastro letal y de ese lazo, tuvo que andarse con pies de plomo. Ido el pantocrátor, el caudillísimo, el césar visionario, quedó intacta toda su maquinaria, todo el aparato que le había permitido maltratar a España durante cuatro décadas, el policial, el militar, el judicial, el burocrático. Por quedar, quedó intacto también, y cumplido, su designio sucesorio en la persona de la que, escondida bajo el oropel cortesano y el tabú, y regada por los chorros de borbonina de la propaganda, hoy se conoce su verdadera catadura moral.

Otra cosa que dejó el cruel personaje al emprender el viaje del que no se ha de volver, fue, inevitablemente, aquello que se dió en llamar el franquismo sociológico, compuesto por la masa de sus cooperadores y beneficiarios. Aparentemente dormido, o semi domesticado, bastó que algún gobierno de la nueva democracia diera pasos realmente democráticos en la acción social o en reconocimiento de derechos, para que ese franquismo sociológico despertara abruptamente, convirtiéndose, cual vemos hoy, en un franquismo nostálgico y reivindicador del franquismo precisamente.

¿50 años en libertad? No siendo la libertad una cosa que se da, sino que se quita, tanta se quitó durante décadas, que en medio siglo no se ha recuperado toda. Y aún hay quienes abogan por recuperar menos, o por volver a quitarla.

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