Publicado 10/10/2024 08:02

Rafael Torres.- Leer es necesario

MADRID 10 Oct. (OTR/PRESS) -

Si nadie en el Partido Popular se leyó la ley que modifica el cumplimiento de las penas para ahormarlo a las directrices europeas, y que votó a favor con tanto entusiasmo como horror le produce ahora haberlo hecho, tampoco nadie de ese partido pareció haber leído el asunto sobre el que giraría la sesión de control al Gobierno del miércoles, que iba de inmigración, y no de ETA.

Conocida es la posición obstruccionista del PP al acogimiento obligatorio en las regiones que gobierna de los 6.000 menores migrantes no acompañados que, por desgracia, o por el color de su piel, no le suscitan la misma empatía que los 35.000 menores ucranianos que se hallan ya escolarizados en España y atendidos como la situación de desplazados de su infortunado país requiere. Los actos, las obras, son más elocuentes que las palabras, y más cuando éstas brotan ayunas de elocuencia, como aquellas que desde la oposición suelen dedicarse al drama humano de la emigración desesperada que llega, la que no se ahoga en el camino y llega, a nuestras costas. Así pues, acaso por la convicción de que sobre el particular lo ha dicho todo, el PP pasó a hablar seguidamente de ETA, como si aquella banda que tanto lastimó a la nación y tanto distorsionó su vida política, siguiera existiendo.

El Gobierno busca, y ojalá fuera con las aportaciones positivas de todos los grupos de la Cámara al tratarse de un asunto de Estado, el modo de controlar esa inmigración "irregular" fugitiva del hambre, la tiranía y la violencia sin renunciar al decoro moral, al sentimiento humanitario que se espera de un país civilizado, así como los medios para dignificar el trato institucional a la "regular", ora desbrozando la burocracia que la martiriza y la empantana, ora favoreciendo la igualación de sus derechos laborales y la elevación del rango de su participación en el esfuerzo nacional. Para Vox, que no tiene sentido de Estado alguno, y por lo que dice tampoco humanitario, la inmigración es una "catástrofe" a la que hay que tratar, en consecuencia, de manera catastrófica, y ahí pierde el PP otra oportunidad, una más, de diferenciarse de su extremo. Pero, prefiriendo hablar de ETA, ni se lee aquello que alude al monstruo desaparecido. Leer es necesario, la bronca por la bronca, no.