Actualizado 19/12/2014 12:00

Victoria Lafora.- Conjunción planetaria.

MADRID 19 Dic. (OTR/PRESS) -

Esta vez sí. El martes fue ese día en que los planetas se conjuran para lograr que los humanos tomen medidas extraordinarias por el bien común. En menos de veinticuatro horas Estados Unidos y Cuba anunciaron el fin de un enconamiento innecesario, las FARC declaran un alto el fuego unilateral e indefinido (esta última palabra es importante porque en las tres anteriores treguas fallidas no se había pronunciado) y, por último, el Parlamento Europeo aprueba el reconocimiento del Estado palestino, poco después de que el Tribunal Europeo anulara la definición de Hamas como grupo terrorista.

Cualquier resolución puede resultar efímera pero, en cualquier caso, son tres noticias de esas que se califican de históricas y que suponen un alivio en las duras condiciones de vida de los tres pueblos afectados. Además de demostrar que la obcecación en el castigo solo sirve para radicalizar los conflictos. Los Castro siguen en Cuba pese a al embargo, la democracia es una quimera, el modelo político sigue siendo el partido único, pero los cubanos han vivido en el desabastecimiento, la pobreza y el estado policial. La marginación de Cuba ha impedido a Estados Unidos tener unas relaciones fluidas con el resto del Cono Sur y ha hecho crecer la presencia internacional de fantoches como el dirigente venezolano Nicolás Maduro.

Obama ha tenido el coraje de romper un bloqueo injusto y avanzar en la integración de todo un continente. Puede no ser casualidad que el comunicado de las FARC se produzca el mismo día en que la Habana da el giro más importante a su política exterior. Ha sido precisamente la capital cubana la sede donde se han llevado a cabo las negociaciones, los dos últimos años, entre la guerrilla colombiana y el gobierno de Juan Manuel Santos. En el conflicto armado colombiano los grandes perdedores han sido las poblaciones indígenas. Más de cinco millones de personas han sido desplazados de sus hogares y cerca de doscientos veinte mil han perdido la vida desde 1958.

En cuanto a Hamas y Palestina, aunque el reconocimiento del Parlamento Europeo es más tibio de lo deseado para lograr la mayor unanimidad, demuestra que las instituciones europeas siguiendo la senda de algunos países, entre ellos España, se implican en el conflicto de Oriente Medio; donde también un pueblo, el palestino, ha puesto casi todos los muertos. Hamas, y con ellos la franja de Gaza, podrá volver a recibir las subvenciones europeas que alivien las trágicas condiciones de vida de sus habitantes.

Por último, y confiando en el efecto telúrico de las alas de las mariposas, podría suceder que Rusia, al borde del colapso económico, y perdido el amigo cubano, afloje el cepo que mantiene sobre el conflicto sirio. La maravillosa ciudad de Alepo, la más vieja del mundo, patrimonio de la Unesco, es el escenario de los más sangrientos combates en una guerra a la que no se ve final y que está provocando el mayor éxodo del siglo XXI.

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