MADRID, 31 Dic. (Portaltic/EP) -
Compartir la ubicación en tiempo real se ha convertido en uno de los atractivos de las principales redes sociales al facilitar que alguien de confianza sepa dónde estamos, aunque también es una característica que se puede utilizar con fines malintencionados, poniendo en riesgo la integridad física y la información confidencial de quienes usan esta opción.
Con la compartición de la ubicación en tiempo real es posible localizar en un mapa a un usuario y la mayoría de plataformas en las que incluyen esta opción lo hacen para que las personas que las usan puedan encontrarse con familiares y amigos en un punto concreto. También se puede emplear para saber dónde se encuentra un menor de edad cuando no cuenta con la compañía de un adulto. Por ejemplo, durante el trayecto del colegio a casa.
Para usar esta función, es indispensable tener activado el servicio de geolocalización del dispositivo en los ajustes del terminal, así como el acceso a esta información de la aplicación que lo vaya a utilizar, además del permiso necesario para utilizarla.
Instagram es la última red social en incorporar esta función. Con ella, los usuarios pueden informar de dónde se encuentran en tiempo real a otras personas por un periodo de una hora y mediante mensajes directos. Por el momento, esta característica no se ha lanzado a nivel global, solo en países seleccionados.
La mayoría de las redes sociales que disponen de esta característica cuentan con un procedimiento muy similar para compartir la ubicación en tiempo real. WhatsApp fue una de las primeras en incorporarla y lo hizo para conectar familiares y amigos "de forma sencilla y segura", tal y como se indica en su página web.
De esta manera, esta función se puede utilizar tanto con miembros de un chat grupal como con un contacto en un chat individual. Para ello, debe tocar el icono de 'Adjuntar', elegir la opción 'Ubicación' y seleccionar durante cuánto tiempo se quiere dar esta información a otros contactos (15 minutos, una hora u ocho horas). Asimismo, se puede añadir un comentario.
Desde WhatsApp indican que trabajan con los servicios de Facebook Places -también propiedad de Meta-, Google Maps y Foursquare, que le proporcionan mapas e información sobre lugares, y que este servicio está cifrado de extremo a extremo. Esto significa que nadie puede tener acceso a esta información, excepto las personas con quien se haya compartido la ubicación.
En Facebook y, mas concretamente, en su servicio de mensajería, Messenger, también es posible compartir dónde nos encontramos. Esto se hace abriendo la conversación con la persona que va a recibirla y mediante un botón situado en la parte inferior izquierda de la barra de herramientas. En este caso, la plataforma de mensajería de Meta da la oportunidad de fijar una ubicación distinta al lugar en el que se encuentre la persona.
La propuesta de Snapchat es algo distinta a la de otras plataformas, ya que permite compartir la ubicación en tiempo real a través de Snap Map, un mapa que muestra los perfiles que tienen activada la ubicación y que pueden consultar padres y tutores desde el Centro Familiar para controlar los movimientos de los menores.
En este caso, se puede compartir con amigos y la información que se ofrece sobre la ubicación dependerá de la configuración establecida por el usuario. Esto significa que si el permiso otorgado está configurado en la opción 'Solo mientras se usa', la ubicación en el mapa caducará pasadas las 24 horas.
Además, la 'app' dispone del 'Modo fantasma', gracias al cual el usuario puede consultar su ubicación en el mapa, pero ésta no se mostrará a otras personas, a menos que haya indicado previamente que sí lo permite. Esto se puede administrar desde el apartado de Configuración de Snap Map.
RIESGOS
Expertos en ciberseguridad coinciden en que las redes sociales, que exponen a los usuarios tanto a personas con las que tienen cierto vínculo como a las que no, suponen un peligro para quienes revelan su paradero sin saber los riesgos de privacidad que esto implica.
"Es fácil creer que la comodidad que ofrece compartir la ubicación supere a las amenazas potenciales, lo que hace que los usuarios pasen por alto los impactos en la privacidad", tal y como ha señalado el ingeniero y divulgador de CyberArk Software, Len Noe.
Esto se debe a que "en la mayoría de los casos, los usuarios no valoran la importancia de los datos de ubicación ni son conscientes de cuándo están filtrando esta información" ni tampoco si están compartiendo esos datos con una persona que realmente es quien dice ser, según ha apuntado el director de Investigación de Amenazas en Bitdefender, Bogdan Botezatu.
En este sentido, el director de Operaciones de Consumo Global de Panda Security, Hervé Lambert, ha valorado que "es preocupante que las redes sociales sean percibidas como un entorno seguro", a pesar de que "son uno de los espacios más vulnerables a ciberataques y suplantaciones de identidad", ya que todo lo que se comparte en ellas "deja rastro para siempre".
La exposición de esta información no solo compromete la privacidad de las personas, sino que saber dónde se encuentran con la ubicación en tiempo real también pueden facilitar el ciberacoso y el seguimiento por parte de otras personas sin su conocimiento ni consentimiento, lo que pone en riesgo su integridad física.
Desde Check Point Software también han indicado que en el ámbito 'offline' "existe la posibilidad de que los ladrones sepan que no se está en casa y aprovechen la oportunidad para ir a robar al usuario" al compartir esta información en redes sociales, en palabras de su director técnico para España y Portugal, Eusebio Nieva.
Más allá de los riesgos a los que se exponen los usuarios de redes sociales si esta información personal cae en manos de personas dispuestas a utilizarlo en su contra, conviene apuntar que la ubicación también da información valiosa a las redes sociales, que "la almacenan incluso cuando no se está compartiendo activamente", tal y como ha comentado el investigador jefe de Ciberseguridad de Kaspersky, Marc Rivero.
"Esto les permite crear perfiles detallados de los movimientos y hábitos, analizando patrones para ofrecer servicios personalizados", ha señalado Rivero, que ha indicado que, aunque esta información también se emplea para el desarrollo de nuevas funcionalidades, se utiliza "principalmente para fines comerciales".
Debido a que las empresas proveedoras de estos servicios almacenan una gran cantidad de información personal muchas veces sin el conocimiento de los usuarios, los expertos coinciden que mantener la confidenciaidad de esta información está en manos de las personas que utilizan las redes sociales.
De ahí que el portavoz de la firma de seguridad Check Point haya matizado que "proteger la privacidad y la seguridad al compartir la ubicación es más sencillo de lo que parece" si se atienden a ciertas recomendaciones.
Así, se debe considerar el limitar el acceso a la ubicación solo a las aplicaciones que realmente lo necesitan para prestar sus servicios y entender que las actualizaciones "son una barrera extra que cierra los posibles huecos por donde podrían colarse los riesgos".