MADRID, 4 Nov. (Portaltic/EP) -
Más del 30 por ciento de los jóvenes españoles no sabe cómo configurar los servicios digitales o utilizar y personalizar las herramientas disponibles para aumentar la privacidad y el anonimato en línea.
Es una de las conclusiones a las que han llegado investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) en un estudio reciente titulado 'Competencias digitales de la juventud en España: un análisis de la brecha de género'.
Esta investigación ha sido financiada por el Ministerio de Ciencia e Innovación y forma parte del proyecto I+D Educación social digital: juventud, ciudadanía activa e inclusión.
En el informe, para el que se han entrevistado a 600 jóvenes de ambos géneros, residentes en España y de entre 16 y 18 años, se ha analizado la relación del nivel de alfabetización digial con la perspectiva de una posible brecha de género en la población joven de España en el nuevo contexto mediático.
En esta encuesta se han contemplado diferentes capacidades, como las competencias técnicas, esto es, las que se refieren al manejo de dispositivos y habilidades mínima para acceder al entorno digital, así como las competencias informacionales. Estas últimas son las relativas a la evaluación de los contenidos que se consumen y a la sociabilidad en línea.
En base a estos aspectos, se han sacado dos tipos de conclusiones. Las primeras se refieren a las técnicas e informacionales y a los conocimientos críticos. Por otra parte, esán auqellas que se refieren a los aspectos relacionados con la igualdad y la brecha de género en términos de autopercepción por parte de los jóvenes.
"En términos generales, en los ámbitos relativos a las competencias, tanto chicos como chicas se valoran de manera similar. Es más, en las competencias informacionales, como las habilidades sociales, los resultados son ligeramente favorables para las chicas", ha comentado uno de los autores del trabajo e investigador del doctorado de Humanidades y Comunicación de la UOC, Pedro Gernández de Castro.
En este sentido, los datos apuntan a que el 71 por ciento de las jóvenes aseguran manejar bien los distintos perfiles de su identidad digital, frente al 66 por ciento de los encuestados. Asimismo, solo el 25 por ciento de ellos mantienen que saben hacer el mantenimiento de los dispositivos o que saben, incluso, repararlos.
Es aquí donde se refleja una de las grandes diferencias en cuestiones de género, ya que solo un 18 por ciento de las chicas manifiestan tener conocimiento de ello, frente al 32,6 por ciento de los chicos. Asimismo, el análisis determina que las chicas se autoperciben con un mayor nivel de competencias informacionales y sociales en el entorno digital que los chicos y que estos consideran que tienen más conocimientos críticos que ellas.
NATIVOS DIGITALES SIN HABILIDADES DIGITALES
Otra parte de este informe hace referencia a la importancia de ser nativos digitales, una definición que no implica necesariamente tener habilidades digitales. Tanto es así que, de acuerdo con las preguntas del sondeo, los investigadores han determinado que más del 30 por ciento de los jóvenes presenta disfunciones tanto en el ámbito técnico como en el informacional.
En este último, el informe señala que ese porcentaje de jóvenes admite desconocer cómo proceder a la configuración de servicios digitales y utilizar herramientas para aumentar tanto su privacidad como su anonimato 'online'.
Ante este escenario, existe la necesidad de abrir espacios educativos en los que se pueda acompañar a los jóvenes "para fomentar esa crítica del entorno digital y desmitificar la idea de que son nativos digitales y que por sí mismos aprenderán lo que haga falta", según Fernández de Castro.
En este sentido, se prpopne una educación digital que incorpore obligatoriamente una mirada crítica para que no se oriente únicamente a la formación de empleados que se adapten a las necesidades del mercado laboral en ese momento, sino también a la creación de una población activa participativa y con capacidad crítica.
En relación a la brecha de género, desde este estudio se apunta a que es necesario incluir algunos de los aspectos de las teorías feministas en el ámbito tecnológico e implementar una educación que integre las diversas perspectivas