MADRID, 30 Jun. (Portaltic/EP) -
Las Google Glass, las gafas de realidad aumentada de Google, han sido prohibidas en el interior de los cines en Reino Unido, donde el dispositivo se puso a la venta hace tan solo una semana. Esta misma situación ya se dio en Estados Unidos, primer país donde se pusieron a la venta las gafas.
La Asociación de Empresarios del Cine de Reino Unido ha vetado no solo el uso de Google Glass en las salas, sino también llevarlas puestas, independientemente de que se esté proyectando en ese momento o no la película. El motivo es el temor a que se empleen para realizar copias pirata de las cintas, según ha recogido el diario The Independent.
El dispositivo de Google ya ha causado un pequeño altercado en un cine en Londres, cuando el personal de la sala pidió aun usuario que se quitara las gafas de realidad aumentada al no poder controlar qué estaba grabando.
Google, no obstante, no ve bien las prohibiciones. Según un portavoz, la compañía prefiere que se tenga la misma consideración con las gafas que se tiene con otros dispositivos, como los teléfonos móviles, es decir, "pedir a los usuarios que apaguen el dispositivo antes de que empiece la película".
Asimismo, desde Google consideran que es mejor "tener una experiencia directa y de primera mano con las Glass antes de crear políticas sobre ellas". Tampoco creen que las Glass puedan constituir un problema grave en relación a su control en las salas, pues la pantalla de las gafas se ilumina toda vez que el dispositivo está activado.
No obstante, Google Glass ha generado polémica sobre su uso en relación con la falta de privacidad, en cuestiones como grabar imágenes o conversaciones de terceras personas sin su consentimiento, por ejemplo. Ello se está teniendo muy en cuenta, especialmente de cara a prohibirse su uso también en teatros y hospitales y, por motivos de seguridad, durante la conducción de vehículos.
De esta forma, el dispositivo ya ha despertado la preocupación de la industria cinematográfica en Estados Unidos, primer país donde estuvieron disponibles. Allí muchos cines han prohibido de forma expresa a sus espectadores que las lleven puestas y se han dado casos como el de un hombre que fue investigado por el FBI por llevarlas puestas durante una película.