MADRID, 21 Oct. (Portaltic) -
Google ha publicado una serie de normas que
tienen que seguir los fabricantes de ‘smartphones’ a la hora de incorporar sensor de huellas
dactilares, para que sean calificados como “oficiales” por la compañía y
puedan tener soporte.
Los lectores de huellas se están convirtiendo en una característica habitual en los teléfonos de gama media y alta y eso no hará más que crecer con la llegada de Android 6.0 y el sistema de pago móvil Android Pay.
Sin embargo, hasta el momento, cada fabricante de Android ha decidido incorporar la tecnología con sus particularidades,
ya sean de hardware o software. Ahora que llega su sistema de pagos móviles, lo que los de Mountain View han querido dar una
serie de normas generales para que los gigantes tecnológicos cumplan todos con
los mismos requisitos, los cuales no son precisamente flexibles.
Para que un desarrollador externo pueda tener soporte de
Google en lo que al sensor se refiere, éste no debe tener un número de falsos
positivos mayor al 0,002 por ciento del total ni que el rechazo sea
mayor al 20 por ciento. Además, la latencia entre el momento en
el que se pulsa el sensor y el desbloqueo de pantalla no puede ser de más de 1
segundo y también hay que destacar que el número de intentos de
desbloqueo máximo es de 5 antes de impedir el acceso al teléfono por 30
segundos.
Otros de los requisitos marcados por la compañía es que los
datos almacenados del cotejamiento de las huellas no pueden salir del
dispositivo, por lo que no dará soporte a aquellos terminales con un sensor
que funciones por software y no por hardware – como es el caso de los móviles
de OnePlus y Samsung -. Para que el usuario pueda utilizar el
lector, de ahora en adelante es necesario que haya una relación de confianza
entre su propietario y el dispositivo, de tal forma que el primero tendrá que
confirmar o autorizar al ‘smartphone’ para ello.
Parece que Google se ha puesto bastante estricta para
evitar brechas de seguridad en su sistema operativo y su sistema de pago y pretende que las
compañías también lo hagan. Un 87
por ciento de los terminales son vulnerables a, al menos, alguna de las amenazas más importantes, por lo
que no está mal que Google comience a poner un poco de orden.