MADRID, 21 Feb. (EDIZIONES/Portaltic) -
Perfecto, entre comillas, porque perfecto, perfecto, no hay nada. Sin embargo, los nuevos 'smartphones' que Samsung (Galaxy S7 y S7 edge) ha presentado en el Mobile World Congress (MWC) 2016 pueden presumir de ofrecer las mejores características y diseño del mercado, hasta el punto de que parece que ya hay poco que mejorar en el terreno de los teléfonos inteligentes. ¿Han tocado techo los 'smartphones' con este modelo? Lo veremos en nuestras primeras impresiones (no te pierdas el vídeo al final del artículo). El Galaxy S7 se pondrá a la venta el 11 de marzo y Samsung regalará unas Gear VR a quienes lo pre-compren.
Samsung dio un salto más que notable el año pasado en cuestiones de diseño con el Galaxy S6. La surcoreana alcanzó el nivel de Apple e incluso lo superó en algunos sentidos, como la espectacular pantalla curvada del modelo edge. La aportación funcional de esta pantalla es escasa -a pesar de los esfuerzos por añadir accesos directos-, pero está fuera de toda duda que el resultado, a la vista y al tacto, es espectacular y exclusivo.
Este año, con los Galaxy S7, al margen de mejorar ligeramente el diseño de los teléfonos, que ahora son más redondeados y con una mejor integración del cristal y el metal (ya no hay ángulo en la carcasa de la versión edge), ese diseño no ha cambiado mucho. Otros fabricantes, como Sony o Apple, llevan tiempo apostando por no variar apenas el diseño de nuevos modelos cuando este funciona, por lo que no sería justo echarle en cara a Samsung que haya decidido hacer lo mismo, teniendo en cuenta el magnífico nivel alcanzado por el Galaxy S6.
Dejando eso a un lado, Samsung ha incorporado importantes mejoras en la potencia (el rendimiento de la CPU ha mejorado un 30% y el de la GPU un 64%) y una batería bastante más grande (que ha crecido hasta los 3.000 mAh en el S7 y hasta los 3.600 en el caso del edge). Eso sí, la batería sigue sin poder cambiarse, como ocurría con el S6 y como ocurre con el iPhone. Es consecuencia, suponemos, de su diseño de cristal y metal integrados a la perfección.
Siguiendo con las novedades más interesantes, incorpora un sistema de refrigeración mediante líquido en el interior que impedirán que el Galaxy S7 se sobrecaliente.
También ha regresado la microSD (de hasta 256GB), algo muy criticado en el anterior modelo, del mismo modo que lo ha hecho la resistencia al agua, que llegó con el S5, pero desaparició con el S6. La resistencia al agua es una característica importantísima, más cuando hablamos de terminales que rondan los 800-1000 euros. Cambia la forma en la que utilizamos el móvil y elimina la preocupación de usarlo cuando llueve, en el baño, en la cocina, en la mesa... Como ya había demostrado Sony con sus Z, representa un valor añadido tremendo.
La cámara, que en los anteriores teléfonos de Samsung ya era magnífica, entre otras cosas por su apertura (f1.9 en el caso del S6), su HDR en tiempo real o su estabilizador óptico de imagen, también ha sido mejorada con creces. La mejora reside principalmente en el autofoco, que es nada menos que cuatro veces más rápido que en el Galaxy S6. Además, la apertura ahora es f1.7, la mayor en un 'smartphone' y los píxeles son de un tamaño superior, por lo que capta un 95 por ciento más de luz.
En este vídeo podéis ver lo rápido que enfoca el Galaxy S7 (derecha) comparado con el S6 edge+ (izquierda):
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PRIMERA IMPRESIÓN
Resistencia al agua, microSD, mejoras en un diseño que ya era bueno, materiales 'premium', mayor potencia, mejor refrigeración, mayor batería, carga inalámbrica, lector de huellas, sensor biométrico, cámara más rápida y de mayor calidad... La lista de virtudes de este terminal es enorme y por el momento no se nos ocurre nada que añadir a la defectos, excepto que no se le puede retirar la batería, algo que seguramente habría repercutido negativamente en su diseño.
Los 'smartphones' de Samsung siempre han alcanzado un alto nivel, pero en el momento de su presentación siempre se les podía poner algún "pero". El año pasado fue renunciar a la microSD y a la resistencia al agua. Este año la compañía parece haber hecho los deberes y cuenta con el teléfono más puntero y con mejor diseño del mercado. No se le puede reprochar nada y nada se echa de menos, al menos sobre el papel. Habrá que ver si las promesas sobre refrigeración y batería se cumplen.
Tras el anuncio de este teléfono, cabe preguntarse: ¿y ahora qué? Porque el sector de los 'smartphones' lleva años mostrando estancamiento en cuanto a innovación y con el Galaxy S7 Samsung parece haber tocado techo.
A partir de aquí, solo tecnologías realmente rompedoras conseguirán marcar la diferencia, como una carga 100% inalámbrica, que no exija poner el teléfono en ninguna superficie (como la que se rumorea que persigue Apple para sus futuros iPhones) o dispositivos 100% flexibles (como el que podría lanzar la propia Samsung este mismo año). Quizá la apuesta por funciones mejoradas mediante módulos intercambiables de LG sea una buena idea, pero habrá que ver si los usuarios quieren comprar accesorios o prefieren un teléfono lo más completo posible por sí mismo.
Más allá de eso, más allá de tecnologías que aún están en fases muy tempranas, el Galaxy S7 ofrece todo lo que cabría pedir a un 'smartphone'. Absolutamente todo. Y puede presumir la compañía de ser el único fabricante que ha alcanzado este nivel.
Podéis ver los nuevos Galaxy S7 y Galaxy S7 edge en el siguiente vídeo:
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