LONDRES, 26 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno británico dirige una estación secreta de vigilancia de Internet situada en Oriente Próximo en la que intercepta y procesa una gran cantidad de correos electrónicos, llamadas telefónicas y tráfico web en nombre de agencias de seguridad occidentales, según ha publicado este viernes el diario británico The Independent.
La estación secreta -que según el Gobierno británico es un elemento clave de la 'guerra contra el terror' de Occidente y provee de un sistema de "alerta temprana" vital para prevenir ataques- es capaz de extraer datos de los cables submarinos de fibra óptica que atraviesan la región. Los servicios de inteligencia procesan esta información y la trasladan al Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno británico (GCHQ).
Todos estos mensajes y datos se copian en 'buffers' gigantes de almacenamiento informático que posteriormente filtran los datos de especial interés.
La estación se habría establecido bajo una orden firmada por el exministro de Exteriores David Miliband, en la que autorizaba al GCHQ a monitorizar y almacenar para su posterior análisis los datos que pasan a través de la red de cables de fibra óptica que enlazaban Internet con todo el mundo.
La orden autoriza al Cuartel General de Comunicaciones a reunir información sobre "intenciones políticas o poderes extranjeros" que incluyen terrorismo, mercenarios y compañías militares privadas o casos graves de fraude. Sin embargo, estas autorizaciones se vuelven a emitir cada seis meses y pueden ser modificados por el ministro correspondiente.
El diario británico no ha revelado la localización exacta de esta estación, pero ha precisado que la información sobre sus actividades está incluida en los documentos filtrados por el excontratista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense Edward Snowden. La mayoría de ellos provienen de una web interna similar a la de la organización WikiLeaks denominada GC-Wiki. A diferencia de WikiLeaks, estos documentos se clasificaban como altamente secretos.
La revelación de estos datos tiene lugar un día después de que la Policía de Londres asegurase que estaba iniciando una investigación de terrorismo sobre el material encontrado en el ordenador incautado a David Miranda, pareja del periodista del diario The Guardian que publicó numerosas informaciones del caso Snowden, ya que su revelación podía poner "vidas en riesgo".
Tras la retención de Miranda en un aeropuerto de Londres durante nueve horas, The Guardian hizo público que el Gobierno británico le había solicitado la entrega o destrucción de los documentos relacionados con el caso Snowden.
Según The Independent, el Gobierno también habría solicitado al periódico que no publicase detalles sobre cómo varias compañías de telecomunicaciones británicas como Vodafone y BT estaban colaborando de forma secreta con el Cuartel General de Comunicaciones para interceptar la mayor parte del tráfico de Internet del país.