MADRID, 3 Feb. (Portaltic) -
Todas las guerras han servido de caldo de cultivo para poner a prueba nuevas armas y en nuestra era virtual no iba a ser menos. Al margen de los hackers que atacan bases de datos de los Gobiernos o de las asociaciones cuya misión es ocultar datos vitales para las naciones, un simple chat con una chica guapa ha logrado debilitar el ejercito del gobierno sirio más que estrategias virtuales mucho más sofisticadas.
Durante la guerra de Siria la oposición ha utilizado fotos subidas de tono de mujeres atractivas para robar datos militares al Gobierno de Bashar al-Assad, según se recoge en un reciente informe de la consultora FireEye. Los investigadores se toparon con esta inusual táctica cuando se encontraban estudiando un incidente del conflicto que no tenía nada que ver con este ataque cibernético.
Estas mujeres virtuales (detrás de cuya careta se podía esconder cualquiera), utilizaban el chat de texto de Skype para establecer contacto con las posibles víctimas. Durante la primera toma de contacto, les preguntaban qué tipo de dispositivo utilizaban para saber cuál sería el ataque más adecuado en cada caso. Una vez recabados esos datos, enviaban una foto en la que esas mujeres aparecían desnudas que llevaban consigo un 'malware' a medida para robar los datos de los 'smartphones' o PC de sus enemigos.
Uno de los especialistas de seguridad de FireEye, Nart Villeneuve, explicó que a usando este método que les daba acceso remoto a los terminales, los ciber-estrategas se habían "infiltrado en los dispositivos de sus enemigos y robado información militar secreta que les habría dado una ventaja considerable en el campo de batalla sobre las fuerzas del presidente Bashar al-Assad".
En total, y según estima FireEye, desde noviembre de 2013 hasta enero de 2014, se llegaron a apropiar de 7,7 GB de datos, entre los que se incluyen 240.000 mensajes y 31.000 conversaciones telefónicas.
Esta estrategia proporcionó a la oposición mapas y posiciones vía satélite de las tropas enemigas, fechas exactas de los asaltos, el tipo de armas que se iban a usar y las que se trasladaban de un lugar a otro, de dónde provenía la financiación de ejército e, incluso, la ayuda humanitaria que llegaba al país.