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MADRID, 29 Abr. (Mario Jiménez/Portaltic) -
No está muy claro si primero fue la fiebre por el "running" o la pasión por contabilizar los pasos, medir las calorías y tomarnos el pulso, el caso es que lo de pulseras para controlar la actividad física y los 'smartwatches' que incluyen 'apps' en esta misma línea se nos ha ido un poco de las manos. La última propuesta nos la trae Fitbit, toda una institución en este terreno, que con Surge ha apostado por combinar el universo de las pulseras con el de los relojes.
El resultado es un híbrido extraño, que se queda a medio camino de ambos productos y que no deja muy claro si sólo debemos usarlo cuando vayamos a hacer deporte o también si salimos a comer con la familia para celebrar el día de la madre. Y es que estéticamente no podemos decir que sea especialmente atractivo tampoco. Por eso, lo mejor es enfocar su análisis desde un doble punto de vista: su funcionamiento cuando nos vestimos "de corto" y cuando lo hacemos de "arreglao pero informal".
CON EL CHÁNDAL PUESTO
Vale, ya sabemos que ahora el chándal no se lleva, que ya no es ese complemento indispensable para cuando uno salía a correr, y que ahora que somos "runners" lo mejor es decir que llevamos camisetas transpirables o mallas de compresión. En cualquier caso, el Surge es un gran complemento cuando se hace ejercicio, no en vano la marca Fitbit ha desarrollado algunos de los mejores dispositivos para medir la actividad física.
Resulta cómodo de llevar, es ligero y se controla de manera sencilla. Cuenta además con multitud de posibilidades: carrera (libre, en cinta o a intervalos), senderismo, pesas, bicicleta elíptica, spinning, Yoga y entrenamiento libre. En cada caso realiza una medición adaptada al tipo de ejercicio que se realiza ya que, evidentemente, no es lo mismo hacer spinning que practicar Yoga. Además, cuenta con localización mediante GPS, para controlar rutas, distancias, etc.
Hay que reconocer que las mediciones son perfectas, ya se trate de los kilómetros recorridos, de las plantas que hemos subido por las escaleras o de las pulsaciones. Lo mismo sucede si optamos por realizar un seguimiento del sueño: marca de manera muy fiable las horas que hemos pasado durmiendo, cuántas veces nos hemos despertado y cuántas hemos estado inquietos.
Todo esto se complementa con la sincronización con el teléfono o el ordenador. En este punto hemos de decir que, al menos durante los días en que hemos estado probándolo, el emparejamiento con el smartphone (un Galaxy Note 4) y con el ordenador (un MacBook Pro) nunca ha sucedido a la primera. A pesar de ello, es una funcionalidad que resulta fundamental para llevar un buen seguimiento de nuestra actividad, pudiendo saber al final del día las calorías que hemos quemado, los minutos que hemos estado activos o la media de pulsaciones en reposo. También tenemos la posibilidad, siempre y cuando introduzcamos la información manualmente, de saber la cantidad de agua que hemos bebido o de registrar alimentos para llevar un plan de comidas adecuado. Igualmente mediante la sincronización podemos establecer alarmas que nos ayuden a, por ejemplo, despertarnos por la mañana.
Todo esto se complementa con la posibilidad de realizar desafíos personales (que desbloquean trofeos) o de picarnos con los amigos para saber quién es más deportistas o quién lleva una vida más saludable. Ideal ahora que a todo el mundo le ha dado por empeñarse en informarnos de cuánto son capaces de correr o lo bien que montan en bici.
CON VAQUEROS Y CAMISA
Más allá de la mera utilidad deportiva, que es indudable, parece que Fitbit ha ideado Surge para que podamos llevarlo como nuestro reloj en el día a día. Las sensaciones en este punto son encontradas, puesto que lo que uno puede pensar en un primer momento es que está ante un smartwatch, pero en realidad no es así. De inteligente, más allá de las funcionalidades orientadas al deporte, tiene lo justo y es que tampoco es bonito estéticamente hablando.
Digamos que la pantalla es especialmente pequeña dentro del conjunto, ya que la correa, fabricada en plástico tipo caucho, es muy ancha y el display destaca poco. Un fallo si tenemos en cuenta que es táctil y que todo hay que controlarlo con el dedo (bueno, casi todo, ya que tiene tres botones en los laterales para iniciar el entrenamiento y pararlo al terminar, algo que no se entiende muy bien si se ha apostado por el control táctil).
El manejo es intuitivo, aunque al principio cuesta acostumbrarse a tanto menú, y resulta bastante cómodo utilizarlo sobre la marcha al hacer ejercicio. El cristal de la pantalla, eso sí, se ensucia con mucha facilidad (no digamos ya al sudar) y es habitual que esté lleno de huellas todo el tiempo.
En cuanto a la hora (no olvidemos que es un reloj) hay varios tipos de pantalla que nos permiten cambiar la apariencia, desde el más clásico al más futurista. Ninguno de ellos es nada del otro mundo, pero se agradece la variedad.
Otra de sus funcionalidades es la que permite recibir notificaciones cuando nos llaman o nos llega un mensaje al teléfono, siempre y cuando esté conectado mediante Bluetooth. No podemos decir que funcione bien, ya que en bastantes ocasiones las notificaciones no eran tales y, por ejemplo, no ha avisado de llamadas entrantes.
La batería sí es uno de sus puntos fuertes, ya que usándolo de manera intensiva aguanta perfectamente unos 4 días. Hay que cargarla mediante cargador propietario, por lo que más os vale no perderlo.
Surge no es barato. Cuesta 250 euros y lo cierto es que son difíciles de justificar. Podemos encontrar relojes inteligentes por menos dinero y con mucho más diseño, que además pueden hacer prácticamente lo mismo si se instalan las apps adecuadas. Si nos vamos al sector de las pulseras, el precio es aún más bajo. Es por ello que no se entiende muy bien que Fitbit haya optado por venderlo tan caro, ya que la competencia (incluso dentro de la propia marca con productos muy similares como Charge HR), es alta.
En definitiva, no está muy claro el público al que se dirige Surge. Evidentemente está enfocado a personas que hacen deporte muy habitualmente, pero es que aún así no es un dispositivo 100% para deportistas y, ni mucho menos, para utilizar en el día a día. Es un buen gadget, de eso no hay duda, pero parece destinado a permanecer en un limbo extraño al que van a parar los productos poco definidos.