MADRID, 9 Sep. (Portalgeek) -
Es imposible no deshacerse en elogios y carantoñas
ante la presencia de Pepper, el robot capaz de reconocer emociones en su
propietario y actuar en función de su estado de ánimo. No obstante, su
carácter empático no le ha librado de correr la misma suerte que el
primer robot autoestopista, ya que se ha registrado el primer caso de
agresión a uno de estos robots por parte, nuevamente, de un hombre adulto en
estado de ebriedad.
El incidente ocurrió el pasado domingo en una
tienda de SoftBank
de la ciudad de
Yokosuka,
Japón, en la que varios prototipos del modelo Pepper son
empleados a modo de asistentes. Uno de los robots fue agredido por un cliente de 60 años en estado de ebriedad,
que
posteriormente fue arrestado por daños a
la propiedad.
Si bien
no se conocen los
motivos que llevaron al hombre a propinar repetidos golpes al robot, se especula con la posibilidad de que el sistema de detección de
emociones
de Pepper no fuese
capaz de identificar el estado de ánimo de una persona borracha
y
lo confundiera con un
estado de tristeza, adoptando así un tono
distendido y cercano, lo cual es motivo de ofensa en
una sociedad famosa por su rigor con
la familiaridad.
No
obstante, tampoco se
sabe a
ciencia cierta si el detenido era realmente consciente de que no se trataba de un
ser
humano, puesto que
admitió no sentirse
contento con
la actitud de uno de
los empleados de la
tienda. El robot agredido, por su parte, ha resultado
malherido y ahora camina con dificultad por
el establecimiento.
El
incidente
ha
despertado
una
conmoción que
seguro no hubiera
despertado la agresión
a un simple brazo robótico
industrial, lo que demuestra un sentimiento
de apego hacia los robots capaces de
leer emociones.