MADRID, 10 Jun. (Portalgeek) -
La cremallera, ¡vaya invento! Seguro que alguna vez en tu vida has pensado: ¿a quién se le ocurriría esto? Y después habrás reflexionado sobre que alguien se estará forrando con una creación relativamente sencilla que se usa en muchísimas prendas y complementos que utilizamos a diario. ¿Te has fijado que casi siempre llevan las letras YKK?
La cremallera fue inventada y patentada en 1893 por Whitcomb L. Judson, un inventor de Chicago. Sin embargo, estas siglas no tienen nada que ver con él ni con su patente.
Hoy en día, la cremallera es algo presente en muchísimas prendas y suele servir de sello de calidad. Es habitual que la ropa de mala calidad tenga una cremallera que tienda a abrirse o a romperse, dejando la prenda inutilizable. Eso no suele pasar con las cremalleras con YKK, que suele ser sinónimo de calidad.
¿Y qué significa YKK? Como decíamos, no tienen nada que ver con la patente de la cremallera, ni tampoco es un código. Se trata, ni más, ni menos, que de las siglas del mayor fabricante de cremalleras del mundo.
YKK es una compañía japonesa fundada por Tadao Yoshida en Tokyo en 1934. Las siglas corresponden a Yoshida Kogyo Kabushikikaisha, que a grandes rasgos se podría traducir como Yoshida Sociedad Limitada.
Yoshida fue un inventor autodidacta que diseñó sus propias máquinas para cremallera personalizadas porque no estaba satisfecho con los métodos de producción existentes. A día de hoy, controla todo el proceso de producción de sus cremalleras, desde las máquinas para hacer cremalleras, a las cajas en las que las envían a sus clientes.
Esta compañía fabrica aproximadamente la mitad de las cremalleras que se utilizan en todo el mundo, para marcas tan conocidas como Massimo Dutti o tiendas como H&M. En total, según informa Slate, fabrican más de 7.000 millones de cremalleras al año.
La clave de su éxito es la experiencia y logevidad de la marca, que sigue controlando cada paso del proceso y eso permite que nunca haya caídas de calidad. Además, los competidores que recortan en algunos aspectos tan solo consiguen bajar unos pocos céntimos el precio de cada unidad y eso no es suficiente para que los clientes de YKK cambien.