La final de Copa de Portugal de fútbol este domingo ha servido de escaparate al mundo de una de las virtudes más espectaculares de los drones. El balón utilizado en el partido fue entregado a uno de los árbitros desde el cielo: un piloto de monopatín-dron surcó los aires con el esférico en las manos y aterrizó sobre el césped para poner inicio al partido.