MADRID, 23 May. (Portaltic) -
Los protagonistas de la foto son Nick Wrinch y Penny Wrinch, un hijo y su madre tan comunes como cualquier otros. Lo interesante está en que Penny a su hijo su tarjeta de crédito para que comprase un par de juegos en la Play Store, el cual terminó por gastarse 3000 libras (4220€).
Seguro que la mayoría de vosotros estáis ya pensando en que el hijo de Penny tiene serios problemas de consumo, pero no es así. Bueno, no del todo. Nick utilizó la tarjeta para comprar un par de juegos y para pagar algún que otro micropago.
Los micropagos son aquellos complementos de un juego que se pueden conseguir más rápido, o de forma exclusiva, pagando. Nick estaba decidido a ser el mejor en Clash of Clans y utilizó este sistema para conseguir mejoras en su aldea.
Durante unos meses, la factura de su madre no se vio severamente afectada, hasta que un mes, empezó a recibir facturas de 3000 libras. Nick lo justificó afirmando que cuando pulsaba en el botón de comprar no observaba ningún cambio, por lo que volvía a pulsar hasta que aparecía.
Penny aseguró a The Guardian que había pasado un autentico infierno, al que Google no aportó ninguna solución. Los de Mountain View en parte no son responsables directos, ya que el sistema de pago de cada aplicación es responsabilidad de la misma.
Aun así, es cierto que Google debería establecer una normativa que todas las aplicaciones deberían seguir a la hora de realizar un pago a través de ellas. Tal vez un botón de confirmación o la información sobre el producto que se adquiere (momento en el que se agregará a tu cuenta), ayudaría a que los mas jóvenes no cometiesen estos errores.