MADRID, 26 Ene. (Portaltic) -
Los negocios de entrega a domicilio a través del 'smartphone' han empezado a florecer en todos los sectores, siendo seguramente el polémico Uber para solicitar transporte uno de los más populares. La marihuana no es una excepción. El problema es que se trata de una sustancia regulada, que en Estados Unidos -el país donde la mayoría de estas empresas están apareciendo- no está legalizada en todo el territorio.
'Startups' como Eaze, Nestdrop, Meadow o Canary son algunas de las aplicaciones que sirven de intermediario entre los consumidores y proveedores de marihuana. También son algunas de las que están teniendo problemas legales para poder ofrecer sus servicios. Pero tan pronto como una de ellas se tropieza con la ley, parece surgir otra nueva, mientras la marihuana medicinal o la completa legalización sigue ganando apoyos en el país.
Concretamente, el mes pasado la Corte Superior de Los Ángeles ordenó el cierre de Nestdrop, debido a que en el estado de California no es legal la distribución de marihuana. Tal y como informa The Verge, los responsables de la 'app' intentaron alegar que su aplicación no era un empresa que se dedicara a la venta y distribución de la sustancia en la ciudad, sino que era "simplemente una tecnología de comunicación".
Otro ejemplo de aplicaciones de este tipo es Canary, que opera sólo en la ciudad de Seattle. Esta empresa, al contrario que Nestdrop, sigue en activo debido a que han encontrado una forma de evitar alguno de los problemas legales: un riguroso proceso de inscripción.
Para poder darse de alta en Canary, los usuarios tienen que enviar una foto de su carné de identidad estatal, una copia de su tarjeta de marihuana para uso médico y deben aceptar un acuerdo de pertenencia a un jardín colaborativo de marihuana. Este proceso finaliza con la llamada de los responsables de Canary al doctor que expidió la tarjeta de uso médico para comprobar la veracidad de los datos.
Temas legales aparte, uno de los problemas principales que también afrontan este tipo de negocios es la seguridad. Al poner en contacto al proveedor y al consumidor no pueden asegurar de que ninguno de los dos sujetos sea de fiar y así se explicaba en los términos de registro de Eaze, que ponían en manos de los clientes la responsabilidad de exponerse a quedar con el proveedor.
Parece que las autoridades tampoco lo tienen sencillo porque, en cuanto cierran una de estas compañías, otra parece tomar su lugar con otro nombre, pero ofreciendo los mismos servicios. Aún no está claro cuál es el futuro de este sector, pero parece que todo pasa por revisar la legislación vigente, así como las consecuencias en términos de salud de su consumo.