MADRID, 19 Abr. (EDIZIONES/Portaltic) -
Estados Unidos está probando la que podría ser su última herramienta para controlar a los viajeros no estadounidenses que salgan del país: 'Biometric Exit'. Se trata de un sistema de reconocimiento facial que por el momento sólo se utiliza en un vuelo internacional a modo de prueba, y que se extenderá a todos los aeropuertos del país si el decreto migratorio de Trump sale adelante.
El proyecto en cuestión es obra de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos, que hace varios años que empezó a desarrollarlo. No obstante, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha acelerado su aplicación. En su orden ejecutiva del 27 de enero, Trump establecía la implantación de sistemas de identificación biométricos para los inmigrantes que entren y salgan del país.
'Biometric Exit' funciona solamente cuando un ciudadano no estadounidense se dispone a salir del país, antes de la puerta de embarque. El sistema reconoce los rasgos faciales de la persona y los compara con la base de datos de visados temporales y pasaportes, de forma que es capaz de detectar si ha sobrepasado el periodo de su permiso. Hasta ahora, no existía ninguna forma para comprobar cuándo una persona salía del país.
El sistema, que fue planteado en 1996, antes de que existiera la actual tecnología, se habría decantado finalmente por el reconocimiento facial al ser el método más sencillo frente a otras alternativas como las huellas dactilares o el iris. "El reconocimiento facial es sencillo porque todo el mundo sabe cómo tomar una fotografía, mientras que con las huellas dactilares a veces hay que educar a la gente", ha afirmado Larry Panetta, director de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras, en declaraciones a The Verge.
Por el momento, 'Biometric Exit' se está probando solamente en un vuelo que enlaza el aeropuerto de Atlanta con Tokio, pero está previsto que se extienda a otros aeropuertos en los próximos meses, según recoge The Verge. Eventualmente, si el veto migratorio de Trump deja de ser bloqueado, se implantaría en todos los aeropuertos y en las fronteras físicas de Estados Unidos.