MADRID, 26 Feb. (Portaltic) -
Uno de los principales objetivos en la lucha contra el cáncer es causar la menor lesión posible para las personas que lo padecen eliminando los tumores cancerígenos sin dañar las células sanas. El grafeno, conocido por ser el metal del siglo XXI ha encontrado una solución a este problema.
Este material es famoso por tener una variedad de usos sorprendentes, desde chalecos antibalas hasta la creación de baterías más ligeras y con más capacidad. No obstante, en las últimas décadas y gracias a la colaboración de científicos de la Universidad de Manchester, el grafeno ha abierto una nueva puerta en el diagnóstico y tratamiento del cáncer con terapias no tóxicas.
En concreto y para esta investigación se ha utilizado el óxido de grafeno. Este óxido actúa como un agente anti-cáncer que se dirige selectivamente a las células madre cancerosas. El cáncer no deja de ser una mutación provocada porque algunas células del cuerpo se dividen sin control llegando a invadir otros tejidos e incluso ocupando lugares del organismo que no le son propios, causando la progresiva destrucción de los mismos.
Esta mutación sin control se conoce como metástasis y es la causa del 90 por ciento de las muertes por cáncer, según han explicado Michael Lisanti y Aravind Vijayaraghavan en el informe en el que han explicado su investigación . Los investigadores sugieren que el compuesto podría ser utilizado junto con otros tratamientos ya existentes para reducir los tumores y prevenir su desarrollo posterior.
Los investigadores han probado la efectividad del óxido de grafeno en seis tipos de cáncer: mama, páncreas, pulmón, cerebral, ovarios y próstata. El resultado fue, sin duda, satisfactorio ya que los científicos consiguieron que los tumores fueran reducidos con éxito. Además, al no ser un material agresivo, los efectos secundarios disminuyen.
"Nuestros resultados también muestran que el óxido de grafeno no es tóxico para las células sanas, lo que sugiere que es probable que este tratamiento tenga menos efectos secundarios que otros utilizados hasta ahora", ha destacado el doctor Federica Sotgia, uno de los co-autores del estudio.
Los avances que proporcionan este descubrimiento no están exentos de incertidumbres y nuevos retos. Pero por el momento es tiempo intenso de investigación y de esperanza antes de que se pueda ofrecer como terapia segura para los pacientes