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MADRID, 30 Abr. (Portaltic) -
Un hacker se ha implantado en su mano izquierda un chip con una antena NFC (Near Field Communications) con la que puede acceder a los dispositivos Android.
Con el chip, Seth Wahle, que es como se llama el hacker, conecta con el Android y le pide abrir un enlace que, una vez se ha abierto, instala un 'malware'. De esta forma, el terminal móvil queda conectado a un ordenador remoto y, a través de este último, se puede controlar el móvil. La prueba: la foto de portada. Wahle obligó a un móvil a través de su portátil a sacarla.
Wahle trabaja en la actualidad como ingeniero para APA Wireless, aunque cuando se implantó el chip era suboficial de la marina de los Estados Unidos, un dato a destacar porque entonces el chip no fue detectado por los numerosos controles de seguridad a los que se sometía día a día.
"Este chip implantado puede sobrepasar casi cualquier medida de seguridad", ha declarado Wahle a la revista Forbes. Se trata de un tema que genera controversia en un momento en que las autoridades, sobre todo estadounidenses, no hacen sino aumentar los controles aeroportuarios.
Wahle cuenta que le implantó el chip un "aficionado sin licencia" por 40 dólares en un callejón -debido las leyes de Florida que restringen la modificación corporal- y que la aguja que empleó fue más grande de lo que había pensado en un principio. Aunque en su momento el chip dejó una pequeña marca rojiza en su piel, ahora es imperceptible.
Seth Wahle asistirá a la Hack Miami Conference que tendrá lugar en mayo para hablar no solo de su implante sino también la amenaza oculta que supone el biohacking.