MADRID, 23 Dic. (Portaltic) -
Son muchos los que antes de dormir leen un libro o un cómic. Con las nuevas tecnologías este hábito se ha transformado y ahora se recurre a nuestros dispositivos para leer un libro electrónico. Según ha demostrado un estudio de la Escuela de Medicina de Harvard (Estados Unidos) las tabletas y otros dispositivos electrónicos que emiten luz perturban el sueño si se utilizan antes de ir a dormir.
Los investigadores han demostrado que los individuos que leen en su iPad a última hora de la tarde se sienten más despiertos al final del día y por lo tanto tardan más en dormir tras apagar la luz, su sueño es de mucha peor calidad y se encuentran más somnolientos a la mañana siguiente. Según afirman, los resultados de la investigación son extrapolables a otros dispositivos electrónicos similares que emiten luz.
Tras sentar la premisa de la investigación, la preocupación por el impacto que los dispositivos electrónicos pueden crear, los especialistas en medicina del sueño de Harvard eligieron a doce voluntarios entre varios jóvenes para participar en un estudio durante catorce días. Les instalaron en el hospital Brigham and Women's de Boston y les pidieron que leyeran durante cuatro horas cada tarde antes de apagar la luz para dormir. La primera semana lo harían en un libro convencional y la segunda en un iPad.
Este estudio tenía en cuenta investigaciones anteriores en las que ya se había demostrado que la luz ambiental regula el reloj interno del cuerpo humano; una luz tenue favorece que se libere melatonina (hormona que facilita el sueño) en el cerebro mientras que una luz intensa inhibe la liberación de melatonina, especialmente si es la luz tiene una longitud de onda corta como es habitual en las tabletas. El tiempo elegido que se les pidió, cuatro horas, se debía a que "es aproximadamente el tiempo de exposición a pantallas que experimentan millones de personas en América cada atardecer", según escribieron en su estudio los investigadores en PNAS.
Según los resultados de la investigación, los voluntarios tardaron diez minutos más en dormirse cuando habían leído en un iPad (una media de 25 minutos) que cuando habían leído un libro (un cuarto de hora aproximadamente). No sólo eso. También tuvieron periodos más cortos de sueño REM a lo largo de la noche, fase del descanso imprescindible para que el sueño resulte reparador. Los individuos que leyeron un libro disfrutaron de una media de 121 minutos de sueño REM por noche mientras que los que usaron un iPad sólo tuvieron 109 minutos, un 10 por ciento menos.