MADRID, 16 Ago. (EDIZIONES/Portaltic) -
Si estás metido de lleno en el ámbito tecnológico y/o llevas un poco de tiempo mirando precios para hacerte tu propio ordenador, te habrás dado cuenta de dos cosas: que cada día se habla más de la criptomoneda y que el precio de las tarjetas gráficas está yendo progresivamente en aumento debido a su falta de 'stock'. Aparentemente, estos dos aspectos no tienen nada que ver, pero están unidos por una práctica en pleno auge, la minería de criptomonedas.
Lo primero que hay que saber es qué es una criptomoneda para entender el concepto: se trata de dinero que se utiliza en el mundo digital como moneda de cambio virtual. En lugar de utilizar este término, se suele emplear más el nombre Bitcoin, pero ésta solo se trata de la primera criptomoneda que empezó a funcionar en 2009. Hoy en día es la más importante, sí, pero también hay otras como Ethereum, cada vez más potente y muy de moda en la actualidad, Litecoin o Ripple.
El Bitcoin ha sufrido una auténtica revalorización desde el pasado año 2016. Hace unos meses, en mayo, alcanzó su máximo histórico, situándose por encima de los 2.600 dólares y revalorizándose en un 500% respecto al año anterior. El empuje de esta moneda en los mercados no solo ha servido como impulso a otras como las ya nombradas, sino que ha generado una auténtica fiebre detrás del dinero digital, surgiendo más y más plataformas o 'blockchains' (cadenas de bloques) que pretenden sacarle el máximo partido y crear dinero real con ella (o con cualquier otro tipo de moneda).
Aunque el Bitcoin siga siendo la moneda más importante, el Ethereum está cada vez más fuerte y esto ha llevado a que se desarrolle una práctica conocida como minería de criptomonedas, una técnica que emplea la potencia de los ordenadores para ganar dinero real.
LAS CLAVES PARA MINAR CRIPTOMONEDAS Y LOS PROBLEMAS CON LAS TARJETAS GRÁFICAS
Básicamente, si se quiere minar Ethereum, se necesita montar un ordenador potente que se pone al servicio de un red, normalmente mundial porque las criptomonedas funcionan en rangos muy amplios. El PC lo que hace es mantener el sistema funcionando, por lo que la persona tras el ordenador se queda con una pequeña comisión (conocida como 'gas') que varía dependiendo del esfuerzo que haya llevado a cabo la máquina.
Centrándonos ya en la relación de la criptominería con las tarjetas gráficas, esta se basa en que las GPUs hacen la mayor parte del trabajo para mantener el sistema. De esta manera, para sacar un alto rendimiento de la práctica, se tiene que contar con las máximas máquinas y gráficas posibles, cuanto más potentes mejor.
Esto es lo que ha disparado el precio de dichos componentes: hay que llegar a esperar días o semanas para recibir una tarjeta en casa de gama media o alta ya que cada vez hay menos existencias globales de estos productos. Cuanta menos existencia y si el nivel de demanda se mantiene, mayor coste para los consumidores.
La gama más alta de tarjetas Nvidia, compuesta por la GTX 1060, la GTX 1070, la GTX 1080 y sus derivados, ha subido de precio paulatinamente. Las RX 470, 480 o 580 de AMD tampoco se quedan atrás. Es más, el aumento del uso de estas tarjetas para minar criptomonedas y el consiguiente bajo 'stock' del 'hardware' ha llevado a ambas compañías a tomar una decisión clave --la misma producción no es capaz de mantener el ritmo de la demanda de dos de ellas, la RX 580 y la GTX 1060--: van a empezar a fabricar GPUs específicamente diseñadas para 'mineros'.
El Bitcoin y el Ethereum mueven cantidades desorbitadas de dinero, cada vez más. Esto tiene su parte buena, pero los consumidores, sobre todo aquellos que utilizan los ordenadores para jugar o utilizan programas más demandantes (edición de fotografía y vídeo, por ejemplo), se están viendo perjudicados.
Ahora mismo no es buen momento para comprar una gráfica potente; los precios competitivos de meses atrás han quedado en el olvido. Con un poco de suerte tanto Nvidia como AMD sacan al mercado sus nuevas gráficas 'mineras' a corto plazo, pero de momento el precio de este hardware se espera que siga subiendo (a más popularidad de la criptominería, mayor demanda para estos fines, menor 'stock' para los consumidores a pie de calle y un aumento del coste de venta).