MADRID, 5 Mar. (Portaltic) -
Luz y electricidad. Dos recursos básicos para vivir y hacer una vida normal que, sin embargo, no llegan, ni mucho menos, a todo el mundo. En 2013, según la ONU, 768 millones de personas que no tenían acceso a agua potable. Lo mismo ocurre con la electricidad, un problema especialmente grave cuando se trata de zonas que han sufrido algún tipo de catástrofe. La solución se nos está escapando, literalmente, por la taza del váter.
Lauren Singer es una estadounidense que se convirtió en el ejemplo de sostenibilidad individual en el primer mundo. Su curioso estilo de vida se hizo popular hace tiempo, porque no genera basura. Produce sus propios productos de belleza, no utiliza ningún tipo de bolsa que luego no pueda reutilizar o ha prescindido de objetos superfluos como vaqueros clónicos que no se ponía. Lo cuenta en su blog Trash is for tossers.
Sin embargo, eso son problemas del primer mundo. En los países subdesarrollados la cuestión no está en prescindir de productos innecesarios o ahorrar en materiales que no se pueden reciclar o reutilizar. La preocupación de la gente allí es beber una agua que no transmita enfermedades o contar con luz cuando se va el sol. ¿Qué puede solucionar esta situación? ¿A qué recursos tiene absolutamente acceso todo el mundo? La respuesta son los desechos humanos.
Hace algunas semanas, el co-fundador de Microsoft, Bill Gates, presentó una máquina que está financiando, capaz de transformar las heces humanas en agua potable. El invento extrae el agua de las aguas residuales que llevan los desechos humanos a través de un proceso de secado. A continuación los desperdicios secos se queman para generar vapor y este es el que produce la energía eléctrica. Mientras, el agua extraída durante el proceso de secado se filtra y se limpia para que sea segura para beber.
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Según los datos que maneja la fundación de Gates, al menos 2.000 millones de personas en todo el mundo no tiene acceso a condiciones higiénicas adecuadas. En este sentido, la máquina es capaz de gestionar los residuos de una comunidad de 100.000 personas, produciendo hasta 86.000 litros de agua al día y 250 kw de electricidad.
ORINA PARA ENCENDER UNA BOMBILLA
Sin embargo, no solo grandes fundaciones como la del co-fundador de Microsoft están volcadas con esta causa. Un grupo de estudiantes de Reino Unido han creado un sistema que genera electricidad a partir de los microbios que se alimentan de la orina. El urinario que han inventado genera energía suficiente con el uso para iluminar la bombilla de la propia habitación.
Este invento podría suponer un importante ahorro en los hogares del primer mundo, e incluso en instalaciones públicas o grandes edificios, como centros de convenciones que reciben millones de visitantes con sus inevitables necesidades fisiológicas. Esta tecnología es tan verde como parece, ya que no necesitamos utilizar combustibles fósiles y estamos utilizando con eficacia un producto de desecho que existe en abundancia", ha explicado a Mashable el profesor y director del Centro de Bioenergía de Bristol, Ioannis Ieropoulos.
Sin embargo, mucho más útil podría ser en países en vías de desarrollo. Ese es, precisamente, el objetivo: llevar estos inodoros a campamentos de refugiados y a zonas que han sufrido algún tipo de catástrofe. "Si pudiéramos iluminar el área alrededor de los inodoros, estaríamos consiguiendo que fuese más seguro para ellos para ir al baño", ha apuntado la jefa de Agua y Saneamiento de Oxfam, Andy Bastable.