MADRID, 11 Mar. (Portaltic/EP) -
El profesor Tomotaka Takahashi ha dedicado prácticamente toda su vida a crear robots. Ese amor nació cuando solo tenía seis años con Astroboy, el popular niño robot del manga japonés. Ahora, entre otras cosas, está comprometido a transformar la forma en la que la gente percibe a los robots. De momento, podemos respirar tranquilos porque, en su opinión, Terminator "no pasará".
El profesor Takahashi ha visitado España para hablar de sus creaciones, entre las que destacan el robot astronauta Kirobo o Robohon, el robot-teléfono con sistema operativo Android.
El profesor Takahashi es una de las mayores autoridades en el mundo de la robótica y Japón sigue siendo el país que más puja por esta tecnología. Al fin y al cabo, ningún país ha prestado nunca tanta atención a este mundo, como atestiguan sus numerosos mangas y animes (De Astro Boy a Evangelion, pasando por Mazinger Z, la lista es interminable).
Sin embargo, Takahashi reconoce en una entrevista a Portaltic que otros países, como Estados Unidos, están empezando a hacer "cosas increíbles", "especialmente Google". La compañía del buscador compró hace algún tiempo Boston Robotics y está haciendo asombrosos avances, con robots que imitan el movimiento de animales o que son capaces de hacer las tareas domésticas.
En este sentido, el profesor reconoce que "la robótica en EEUU está creciendo mucho" debido a que tienen un buen sistema para conseguir fondos para investigar y para "conseguir captar a muchos de los mayores genios de todo el mundo".
Los robots han tenido un fuerte protagonismo en la ciencia ficción y no únicamente en Japón. La premisa más habitual ha sido siempre catastrofista y también se ha tendido mucho a imaginar un futuro en el que los robots son réplicas de los seres humanos, tanto por dentro, como por fuera.
En opinión del profesor Takahashi, un escenario apocalíptico como el que describen películas como Matrix o Terminator, en el que los robots se rebelan contra el ser humano, "no pasará". De hecho, que se utilicen robots con fines militares es algo "positivo", porque "pueden hacer cosas muy peligrosas para el ser humano", como desactivar bombas.
A su juicio, la ficción que habla de robots ha podido servir para confundir a la gente, que actualmente "tiene un poco de lío". "En el mal sentido, hay quien puede pensar que son peligrosos; en el buen sentido, quizá esperan demasiado de los robots". "Yo quiero que la gente los entienda bien, para qué son buenos y para qué sirven".
¿ROBOTS CASI HUMANOS?
El profesor Takahashi opina que es "casi imposible" que los robots lleguen a imitar, tanto en comportamiento, como en aspecto, a los seres humanos (tal y como describen numerosos, libros, películas o cortometrajes, como el reciente iMom). Sin embargo, concede que "si alguien tiene tanto dinero, tiempo y dedica mucho esfuerzo, todo puede pasar".
El catálogo de robots creados por el profesor Takahashi es enorme, aunque quizá los que más han dado que hablar son sus últimas creaciones. Kirobo, el robot astronauta, viajó recientemente a la Estación Espacial Internacional para realizar un "experimento de comunicación". Su función era servir de apoyo al astronauta Koichi Wakata.
"En el espacio, los astronautas no tienen asistentes y tienen que hacer todo, desde trabajos mecánicos a consultar documentos", apunta el profesor. En el futuro, cree que "cada astronauta tendrá un acompañante robot, que les ayudará, les asistirá, les recordará pasos a seguir (durante un experimento, una reparación...) y podrá monitorizarlo todo".
No menos sorprendente fue otra de sus más recientes creaciones, Robohon, desarrollado en colaboración con la compañía nipona Sharp. Este robot cuenta con una pantalla en su espalda, altavoz, cámara y proyector. Está diseñado para funcionar como un teléfono móvil (funciona con sistema operativo Android), pero con un aspecto más humano y centrado en la interacción por voz.
"Lo más importante es cambiar la forma en la que nos relacionamos con los robots", apunta el profesor Takahasi, y que nos ayuden a "mejorar nuestra vida" e incluso a que nos sintamos "menos solos".
Todos sus robots comparten un aspecto desenfadado, heredero de la cultura japonesa y alejado de los intentos de recrear a los seres humanos. Sus creaciones están basadas en nosotros, pero tienen su propia personalidad. "Mickey Mouse está basado en un ratón real", "la obra de Picasso también está inspirada en la realidad", señala Takahashi. "Estamos cogiendo la esencia, pero hemos modificado su aspecto; es más divertido", opina.