MADRID, 12 Oct. (Portaltic/EP) -
Las redes sociales se han convertido en un hecho social. Las nuevas tecnologías se han convertido en una herramienta imprescindible, ahora también, entre la población más joven, que la domina a la perfección y sabe sacarle el máximo partido: un 40% de menores entre 9 y 13 años cuenta con perfiles en redes sociales, una cifra que incrementa el riesgo de acoso sexual hacia los menores o 'grooming' si no cuentan con la información adecuada para prevenirlo y denunciarlo.
El uso inapropiado de los dispositivos, como el móvil o la tableta, para acceder a las redes sociales expone a adultos y, sobre todo, a menores, los más vulnerables, a ciertos riesgos. Según explican desde la empresa española del sector de las nuevas tecnologías y redes inteligentes, Monsan, actualmente existe no solo un aumento exponencial de delitos y fraudes a través de dispositivos móviles, sino también un incremento del acoso digital de un adulto a un menor, o 'grooming'.
El 'grooming' es una de las formas en que se manifiesta el acoso sexual en la Red hacia los menores. Los 'depredadores sexuales' se acercan a los menores creando perfiles falsos en distintas redes sociales en los que fingen y falsean ser un adolescente como ellos. Una vez se ha producido el acercamiento es cuando empieza el acoso y la coacción.
Según datos publicados y recogidos por Monsan, la edad media en que los menores españoles se inician en el uso de Internet se sitúa en torno a los 9 años. Y, por otro lado, el 41% de los niños de 11 años ya cuenta con un teléfono móvil. En cuanto a las redes sociales, el 40% de los menores españoles, de entre 9 y 13 años de edad, cuenta con perfiles en las redes sociales, aunque para ello existe un límite de edad.
La respuesta para evitar la desprotección de los menores en la Red es la educación. Padres y también profesores han de colaborar para que los menores hagan un buen uso de estas tecnologías y sean conscientes de los peligros que corren si hacen lo contrario. Para ello, es importante que se tengan en cuenta algunas medidas como, por ejemplo, no revelar datos personales ni claves a personas desconocidas, o que los padres tengan acceso a las cuentas de internet de sus hijos menores.