A member of the Ku Klux Klan salutes a lit cross during a cross lighting ceremony at a private residence in Henry County, Virginia, October 11, 2014. The Ku Klux Klan, which had about 6 million members in the 1920s, now has some 2,000 to 3,000 members nat - JOHNNY MILANO / REUTERS - Archivo
MADRID, 26 Ago. (Portaltic/EP) -
Los grupos de usuarios que promueven el odio y el extremismo en las redes sociales son capaces de mantenerse en las plataformas y no ser bloqueados gracias a que se basan en redes que se encuentran continuamente en movimiento, de un país a otro y también entre plataformas, y las acciones individuales de las redes sociales como Facebook contra el odio pueden incluso empeorar el problema, según advierte un estudio académico.
La investigación, elaborada de forma conjunta por la Universidad George Washington y la de Miami (ambas de Estados Unidos) y publicada por la revista Nature, ha trazado un mapa global del extremismo en dos redes sociales: Facebook y su equivalente en Rusia, la plataforma VKontakte (VK), creada por Pavel Dúrov, fundador también de Telegram.
En este análisis, han tenido en cuenta varios grupos de odio como el Ku Klux Klan de Estados Unidos, que tras ser perseguido y bloqueado terminó trasladando sus redes a Rusia y a la red social VK para poder seguir ejerciendo su actividad.
Otros ejemplos han sido quienes defienden la teoría del 'genocidio blanco' en Sudáfrica, grupos neonazis que profesan una teoría de la conspiración que denuncia la inmigración y la integración racial. De Sudáfrica, sus redes se han ido moviendo a través de Facebook y VK, trasladando sus núcleos a Estados Unidos y el norte de Europa, según muestra la Universidad George Washington en un gráfico.
Los autores del estudio han concluido que "la clave para entender la resiliencia del odio en línea reside en sus dinámicas globales de red a red". Los grupos de odio interconectados forman lo que en el estudio se han denominado 'autopistas del odio'.
Estas rutas globales del odio se adaptan a través de la Red y "atraviesan las plataformas", utilizando redes sociales diferentes -incluyendo Instagram, Snapchat y WhatsApp-, de países distintos e incluso con idiomas distintos para esquivar los bloqueos.
Los autores del estudio han analizado también las medidas que toman las redes sociales como Facebook contra el extremismo, y han elaborado también un algoritmo matemático que predice que "establecer políticas en una sola plataforma (como Facebook) puede hacer las cosas peores, y puede terminar generando 'pozos globales' en los que el odio en la Red florezca".
En este análisis matemático se ha puesto de relieve que "las redes de odio se restablecen y se reparan por sí solas rápidamente cuando se las ataca, de una forma similar al establecimiento de enlaces covalentes en la química".
De esta manera, los investigadores proponen "una 'política matriz' que pueda ayudar a derrotar el odio 'online'" basada en su propio algoritmo, que han ofrecido a las redes sociales y a los Estados para ayudar a combatir este fenómeno.